Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? (Salmo 121:1).
Muchos de nosotros nos hemos encontrado en situaciones difíciles y por caminos sin respuestas donde la única salida es Dios.
Cuando los israelitas iban en camino de su libertad, el faraón los mandó camino hacia el mar porque su plan era exterminarlos a la orilla del mar. Mas el Plan de Dios era darles la libertad y salvarlos de la esclavitud del faraón.
Cuando los israelitas vieron las intenciones bélicas del faraón y sus soldados, ellos no tenían salida para escapar, la única salida era el mar. El Señor Todopoderoso les dio una salida a sus hijos abriendo el mar para que Su pueblo caminara en seco.
Dios abrió camino donde no había camino, el socorro de ellos fue el Santo de Israel, Jehová de los Ejércitos, el que todo lo puede y no hay nada difícil para Él. Ellos no estaban solos porque delante de ellos estaba Jehová Nissi (El Señor es mi bandera). El Señor fue la seguridad de ellos en tiempo de aflicción.
El Señor es mi bandera. Cuando mis enemigos se levanten contra mí, Jehová me cubrirá y Su Espíritu levantará bandera contra los que me aborrecen porque soy más que vencedora por medio de Aquel que me amó. Hoy tengo que vivir confiada porque no estoy huérfana, porque tengo un Padre que defiende mis pleitos.
Mi socorro viene de Jehová Creador del cielo y de la tierra, el Poderoso de Israel. El que ama mi alma, nunca duerme para defenderme, su amor por mi es tan grande que dio su vida por mi rescate en la cruz del calvario. No tengo por qué temer, pues sus ojos están siempre sobre mí.
El sol no me fatigará de día ni la luna de noche, de modo que la protección del Señor siempre está pendiente a mí todo el tiempo. Si somos hijos de Dios, es importante que entendamos que somos preservados por la misericordia de Dios, esto no significa que no pasaremos por dificultad. Sí, es necesario que pasemos por adversidades, pero Dios nos dará la salida para salir adelante en medio de ellas.
“Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Salmos 118:6). “Mas Tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, Y Él me respondió desde Su Monte Santo.
Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí” (Salmos 3:3-6). Hoy alzaré mis ojos a Jehová porque solo Él me hace vivir confiada, no tengo por qué temer, pues en Él tengo mi socorro.
Señor gracias por tu misericordia y por el amor que Tú me da cada día. Declaro en el nombre de Jesús que todo temor, persecución, condenación, destrucción, acusación, intimidación, enfermedad, vicios, pobreza, desobediencia, iras y contiendas quedan sujetos bajo mis pies en el nombre de Jesús.
Satanás quizás tú viene contra mí con espada y jabalina, mas yo vengo contra ti en el nombre de Jehová Nissi, Jehová mi baluarte. Él es quien cubre mi vida y levanta mi cabeza. Cuando clamo al Señor, puedo ver la salida a mis problemas.
Señor gracias porque solo Tú me hace caminar confiada. Nosotros nos alegraremos en tu salvación y alzaremos bandera en el nombre de nuestro Dios. Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Padre celestial, gracias porque mi socorro siempre ha sido Tú. Amén.
Bendiciones
Escrito el 20 de Marzol de 2012
Escrito para www.ministeriosdesanidad.org