En nuestra naturaleza humana tenemos la tendencia en dudar pero cuando ponemos nuestras miradas en Cristo nuestra fe se aumenta y las dudas se van.
Dios conoce nuestra condición y sabe también nuestras debilidades. Es necesario creerle a Dios con toda nuestra mente y nuestro corazón. Mi oración cada día, es que mi fe sea aumentada.Aun los discípulos, los que caminaron al lado de Jesús le pidieron a Él que les aumente la fe.
Cuando Jesús quería aumentarle la fe a sus discípulos les enseñaba en parábolas o en pruebas, que para algunos fueron muy fuertes mas Él siempre estuvo ahí con ellos. Jesús nunca abandonó a sus hijos en momentos de las pruebas.
Dice la palabra en Mateo 14:22-33 que era necesario enseñarle acerca de la fe y prepararlos para la Gran Comisión del Evangelio de Dios. En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.
Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo, y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario. En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago.
Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. — ¡Es un fantasma! —gritaron de miedo.
Pero Jesús les dijo en seguida: — ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo. —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. —Ven —dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.
Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: — ¡Señor, sálvame! En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: — ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Cuando subieron a la barca, se calmó el viento.
Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: —Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios. El Señor conoce el pasado el presente y el futuro, Él sabe todo lo que va acontecer.
Él es el Creador del universo, Él tiene dominio sobre el viento y las olas del mar, pues Él fue quien los creo también. La enseñanza que Dios les dio a sus discípulos también nos las enseña a nosotros.
Es natural que nos de miedo. A todos nos da miedo a grandes y a pequeños pero mi pregunta es ¿Qué vamos hacer con el miedo? Nos vamos a quedar toda la vida temerosos y sin fe y esperar que el miedo nos derrumbe? o vamos a derribar el miedo con la fe.
Ya dijimos que la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios. (Romanos 10:17). Hoy el Señor nos dice: ¡Cálmense! No tengan miedo. Cuando sentimos la protección del Señor y creemos por fe que Él está a nuestro lado en los momentos difíciles, no tenemos por qué temer. Muchas veces dudamos, y cuando eso sucede no pasa nada.
Pedro estaba en duda desde el principio, el dijo: —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. Jesús le contestó: Ven.
La misericordia del Señor es para siempre, Él sabía lo que iba a pasar.
Pedro no sabía lo que estaba pidiendo, si él llega a pensar la magnitud de caminar sobre las aguas se queda en la barca. La fe en el llamado de Jesús, rompió todas las barreras del miedo y caminó sobre las aguas en dirección a Él.
Jesús nos está llamando y junto a ese llamado hay una activación del poder de la fe. Pedro caminó sobre las aguas porque creyó por fe y porque su mirada la tenía puesta en Jesús. El problema es cuando quitamos la vista en Jesús, y pensamos que las cosas las podemos hacer con nuestras propias fuerzas.
Las dudas va agarrada del miedo, ellos trabajan juntos. El miedo es el causante de que las cosas nos vayan mal. El miedo opaca nuestra fe.
El miedo nos hace ahogar y pensar que no podemos depender de Dios.
Amados, el miedo nos hace ver en el ojo físico el problema bien grande, mas cuando nos movemos por fe, vemos lo que no se ve. Con el ojo espiritual podemos clamar lo imposible, posible y lo perdido, encontrado.
Con el ojo carnal, vemos el derrumbe mas con el ojo de fe vemos reconstrucción. Cuando Pedro enfocó su mirada en Jesús, caminó sobre las agua mas cuando quitó su mirada en Él, le dio miedo hasta hundirse.
A todos en algún momento dado en nuestro caminar, pasamos por un momento de desesperación verdad? Pedro en medio de su desesperación clamó a Jesús con lágrimas y le dijo: — ¡Señor, sálvame! En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: — ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Yo no sé por la desesperación que tú estás pasando, pero Jesús si las sabe, te animo en el nombre de Jesús a que cobre ánimo y te revista de Su fe.
Si piensas que no tiene fe, pídesela; Él te la dará. En medio de las dificultades queremos estar con Jesús para sentirnos protegidos y seguros. Pedro también deseo estar donde estaba Jesús y durante esa intimidad con Él llegó a caminar sobre las aguas, pero cuando dudó y le dio miedo, su fe se debilitó hasta hundirse.
Amados es necesario que pongamos nuestras miradas en Jesús en todo tiempo para no caer. Aun así, Su misericordia es tan grande que aunque estemos derribados, Él nos vuelve a levantar y tu fe se aumentará más. Confía en Dios, empápate de Su Palabra, humíllate ante Él, y verás cómo el Señor te aumentará tu fe.
Pedro puso su mirada en el problema y su fe se debilitó, hoy el Señor te invita a poner tu mirada en Él, y de tus problemas Él se encargará. Cuando pongas la mirada en Jesús, El dará la solución a todos tus problemas.
Escrito el 22 de Agosto de 2011
Bendicienes