Alerta Iglesia
Ante los acontecimientos actuales, como cristianos, debemos mantenernos en constante alerta y perseverar vigilantes en estos días. Las profecías bíblicas se están cumpliendo, y la Venida de Cristo está cada vez más cerca. Tal vez pienses: “He escuchado esto antes”, pero considera lo siguiente: “Si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, habría estado alerta y no habría permitido que entrara en su casa.” Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que menos lo penséis, vendrá el Hijo del Hombre. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el Señor, si al atardecer, a la medianoche, al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y os halle dormidos.
La Escritura nos advierte: “Conociendo el tiempo, es hora de despertarnos del sueño; porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz.” De aquel día y de la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.
Mantente Preparado y Vigilante
Es esencial estar siempre preparados, manteniendo nuestras lámparas encendidas. Con toda oración y súplica, orad en todo tiempo en el Espíritu, velando con perseverancia por todos los santos. No durmamos como los demás, sino mantengámonos alerta y sobrios. Aquellos que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan. Sed sobrios y vigilantes, porque vuestro adversario, el diablo, anda como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero nosotros, siendo del día, seamos sobrios, vistiendo la coraza de la fe y del amor, y como yelmo, la esperanza de la salvación.
Pelea la buena batalla de la fe, aférrate a la vida eterna, a la cual has sido llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Velad en todo tiempo, orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Un Llamado a la Reflexión y el Arrepentimiento
Hermano, es tiempo de despertar. Entrégate a Cristo, quien es la fuente de nuestra salvación. Entrégale todas tus cargas, tus pecados, y confía en su gracia. La Palabra nos exhorta: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” Arrepentíos y volved a Dios para que vuestros pecados sean borrados, y así vengan tiempos de refrigerio de parte del Señor. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad.
Lecturas Bíblicas:
Mateo 24:43-44, Marcos 13:35-36, Romanos 13:11-12, Marcos 13:32-34, Lucas 12:35, Efesios 6:18, 1 Tesalonicenses 5:6-8, 1 Pedro 5:8, Santiago 5:16, 1 Juan 1:9Hechos 3:19
1 Timoteo 6:12, Lucas 21:36-38
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