Anhelar a Dios Buscando Su Presencia

¿Cuántos de nosotros no hemos pasado por situaciones difíciles? ¿Quién de nosotros no ha tenido que pasar por alguna desolación en la vida? La verdad es que, todos nosotros hemos pasado por aflicciones o procesos difíciles en nuestras vidas. Dios nunca dejará tirado en el suelo a sus hijos, porque la buena obra que Dios comenzó la perfeccionará e irá de aumento en aumento a nuestro favor. Es necesario que pasemos por situaciones para crecer y ver el crecimiento de lo Dios ha hecho en nuestras vidas.

El Señor siempre estará en cada proceso fortaleciéndonos, y ayudándonos; porque el Único que puede resolver nuestras situaciones es Dios. Podemos tener todos los recursos para salir de cada uno de nuestros problemas, podemos buscar a personas que nos ayude a resolverlos, podemos sentir que nos encontramos en tierras áridas y desiertas; pero Dios es quien nos rescata, sacia nuestra sed; nos restaura; y nos brinda Su paz.

En vez de buscar gentes para que nos resuelvan el problema, tenemos que decir como el Salmista dijo en Salmos 63:1-2: “Dios, Dios mío eres Tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario”. Dios tiene un corazón con una inmensurable compasión, Él tiene oídos para escuchar nuestras peticiones cuando clamamos a Él con fe y con un corazón humilde.

Si piensas que te encuentras en el desierto, hasta allá irá Dios a consolarte, sanarte y darte la Fuente de Su Agua para saciar tu sed. Tú no eres el único o la única que estás o ha pasado por el desierto, yo también, como también, todos aquellos que han sido llamados para un Propósito Eterno de parte de Dios. Dios nos ha llamado para bendición y no para condenación, claro durante nuestro caminar, vamos a pasar por situaciones difíciles, pero Dios nos prometió que nunca nos abandonaría; y nunca nos dejaría.

Así que levántate, porque no estás solo. Levántate, seca tus lágrimas; porque no estás solo/a. El Salmos 63:1-2, fue escrito por el rey David en momentos muy difícil de su vida, y fue en esos momentos de opresión cuando le dijo al Señor: “Dios, Dios mío eres Tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario “. Cuando David clamó a Dios de esa manera, era porque se encontraba en una grave situación; él se hallaba en el desierto porque su hijo Absalón lo buscaba para matarlo. La reacción de David no fue ir al Señor a quejarse y hablar de sus problemas, él solo deseó estar en la presencia de Dios diciendo: “mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay agua”.

Muchos tienen la tendencia de buscar a Dios cuando se encuentran en apuros y hasta allí llega la misericordia de Dios. Para recibir una bendición Divina, es necesario llegar a un arrepentimiento genuino con Dios, anhelar Su presencia, tener una relación personal con Él, servirle en espíritu y en verdad; y vivir para adorarle. Ese proceder, activa anhelar estar en Su presencia y tener un corazón conforme al corazón de Dios. Cada vez que clamamos a Dios, nos arrepentimos y buscamos Su presencia; Dios nos respaldará y resolverá la situación. Dios hará, que lo que antes nos molestaba o nos afligía, ya no nos molestará jamás. Dios tiene la habilidad de cambiar nuestro lamento en baile. Él nos fortalece; sacia nuestra sed, nos sana, defiende nuestros pleitos. El Todopoderoso nos brinda la oportunidad de ver Su Poder obrando a nuestro favor, diciéndonos: “Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados” (Jeremías 31:25). ¡¡¡Aleluya!!!

Gracias Padre, gracias Hijo; y gracias Espíritu Santo de Dios. Mi anhelo es buscarte día y noche Señor. Yo sé que mi Redentor vive y vive para siempre. Ya no soy esclavo/a del temor, la ansiedad; ni mucho menos del miedo, porque tengo un Padre que me defiende y pelea por mí. Él me me ha prometido diciéndome:

No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10, RV60).

La buena obra que Dios comenzó en nosotros la perfeccionará cada día, y nos dice: “Porque Yo sé muy bien los Planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, Planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11, NVI). 

Levántate, créele a Dios, a Su Palabras; y a las Promesas que Él te ofrece hoy. Dios es Fiel, Real; y Verdadero. El Todopoderoso, todo lo puede; y no hay nada difícil para Él. ¿Lo crees? Yo lo creo, y soy testigo de Su amor, misericordia; y de Sus ricas bendiciones a mi vida y mi familia. Si lo ha hecho conmigo, también lo hará contigo.

¿Desea buscar y anhelar la presencia de Dios?

Mensaje de Dios
Escrito por Bv. Flores
www.ministeriosdesanidad.com




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