Mujer Eres Ayuda Idónea En Tu Casa.
Recuerdo cuando era niña, mi madre se levantaba muy temprano en la mañana para hacer sus labores del hogar como ama de casa. Ella tuvo que quedarse en la casa para cuidarnos mientras mi padre se iba a trabajar. Trabajar es una gran parte de nuestras vidas y las Escrituras de Dios, nos habla y nos anima acerca del trabajo. No importa lo humilde que sea el trabajo, lo importante es que el trabajo que estés realizando sea honrado. Muchas personas menosprecian el trabajo de ama de casa, pero déjame decirte que, quedarse en la casa cuidando a los niños, llevándolo a la escuela, recogiéndolos, cocinando, limpiando, lavando, ir al super, planchando o haciendo otras tareas en el hogar, es un trabajo completo y propio de “una mujer maravilla”. La buena noticia es que, toda ama de casa después de una larga tarea del día se alegra y se goza de su labor porque fue responsable y diligente en su hogar. La mujer que es diligente y sabia en su hogar no es perezosa más bien, aporta orden y sabiduría en su casa. La Palabra de Dios nos dice que “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada” (Proverbios 13:4).
Estamos viviendo en un tiempo donde se está promocionando o visualizando a la mujer como un personaje de forma de “super héroe” mostrándola como a la “mujer maravilla” de la película. La forma en que muestran a la mujer es de manera frívola, combatiendo y derrotando al hombre y nada de ayudarlo. Esta manera de visualizar a la mujer de hoy hace que la mujer pierda el título que Dios le otorgó de ser la ayuda idónea del hombre. «No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea» (Génesis 2:18). Dios creó y diseñó a la mujer como ayuda idónea y este título envuelve baluarte, sabiduría, dedicación y amor. Este Diseño hermoso fue Planificado por Dios mucho antes de la fundación del mundo, por tanto, somos creadas con Propósitos Eternos. La mujer está llamada a ayudar al hombre y a proveerle su trabajo en el rol que Dios le ha establecido. El trabajo de la mujer no se limita solamente en el campo del hogar, pero también en el campo profesional.
Por favor, no me vayan a mal interpretar, es hermoso ver a una mujer profesional, pero también, es hermoso verla realizando algunos quehaceres del hogar. Qué hermoso es ver un hogar cálido, donde la presencia y los detalles de la mujer están en cada rinconcito de la casa. En verdad, la mujer sabia que se esfuerza en muchas maneras, casi no le alcanza el tiempo. Su agenda es tal que, tiene apuntado todos sus asuntos para realizar ese día o durante la semana.
Mujer, recuerdas que eres mujer. Se que estás ejerciendo tu responsabilidad de ayuda idónea en tu hogar y en tu trabajo en el área profesional. Recuerdas que eres mujer y necesitas tiempo para ti. Proverbios 31 nos habla de la mujer sabia y nos dice que ella se esforzaba en todo con sabiduría y le alcanzaba el tiempo para ver sus negocios en marcha y su lámpara no se apaga de noche. Proverbios 31:10-31 (RVR1960) Es bueno buscar un balance con los quehaceres de la casa, los hijos, el noviazgo, el matrimonio, el ministerio que Dios te ha puesto, en proyectos de negocios o en proyectos futuros para realizar.
En este afán diario, recuerda amiga mía y hermana mía, sacarle tiempo a Dios porque Él es el dador de la vida, el que te corona de favores para que lo goce con tus seres queridos. Dios es el que te otorga las ideas y sabiduría para realizar lo que te ha dado para hacer. Trabajamos por nuestras necesidades, por la comida y los pagos de diversas responsabilidades, pero también, debemos trabajar para el Señor nuestro Dios. Debemos trabajar “… no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Juan 6:27). “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23). Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).
Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien. (Salmos 128:2) “y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor” (Eclesiastés 3:13).
Palabra de Dios
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