Hoy Confieso Mis Pecados

El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13 (RVR1960)

Las personas que cargan pecados del pasado o presente, nunca prosperarán debido a que los pecados pueden ser una carga pesada. La carga del pecado es tan pesada que obstaculiza el avance hacia la meta. Los pecados enferman al ser humano de tal manera que, la persona va donde el médico le hacen todos los estudios y no encuentran nada. Una vez que la persona recibe a Jesús en su vida y confiesa que necesita liberarse del pecado, es libre de toda enfermedad y atadura.

¿Qué es confesar?

Confesar nuestros pecados, es vomitar ese dolor de pecado. A medida que confesamos nuestros pecados, el Señor nos liberta y borra por completo nuestras imperfecciones. Si tú quieres ser libre y gozar de paz, prosperidad y la misericordia de Dios en tu vida, debes de confesar tus pecados. Antes de confesar tus pecados, asegúrate que a la persona que le va a confesar tus cosas, sean personas firmes en los caminos de Dios. Digo esto, porque no todas las personas están capacitadas para escuchar tu situación. Hay situaciones muy sensitivas y delicadas que no es para todo oído escucharlas.

Las Escrituras de Dios nos habla de la confesión del pecado, Salmos 32: 5 nos dice que, “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y Tú perdonaste la maldad de mi pecado. Las bendiciones de Dios se manifiestan cuando confesamos nuestros pecados de manera que, “… si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). El amor de Dios se manifiesta hacia nosotros cuando confesamos nuestras faltas, es ahí cuando alcanzamos Su misericordia.

“Si confesamos nuestros pecados, Él es Fiel y Justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Cuando tú confiesa de todo corazón tus pecados, inmediatamente recibe sanidad “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16). “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (Marcos 11:25).

Hay una gran bendición cuando confesamos nuestros pecados ante Dios nuestro Señor debido a que, Dios nos hace libre de toda atadura. Cuando somos libres recibimos la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, es la paz que nos hace correr, danzar, comer, dormir, reír y vivir en armonía en medio de cualquier situación. Cuando somos libre del pecado, los dolores y tinieblas desaparecen en el Nombre de Jesús. Cuando confesamos nuestros pecados, andamos en la Luz de Cristo. Dios nunca te abandonará cuando te humillas a Él, porque a un corazón contrito y humillado Dios no lo despreciará jamás. Salmos 51:17 (RVR1960) Confesar nuestras faltas es salir de las tinieblas y andar en la Luz.

“mas si andamos en la luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.

Oremos: Señor venimos ante Ti con un corazón contrito y humillado, te pedimos perdón, te confieso que he pecado. Enséñame a caminar en Tu Luz y no pecar contra ti jamás. Gracias por libertarme y gracias por borrar todos mis pecados, en el nombre de Jesús, Amén.

www.ministeriosdesanidad.org


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