“El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo que tenía que salir al día siguiente, les enseñaba, y alargó el discurso hasta la medianoche. Había muchas lámparas en el aposento alto donde se hallaban reunidos. Un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana, y rendido de un sueño profundo por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto.
Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándolo, dijo: –No os alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, partió el pan, lo comió y siguió hablando hasta el alba; y luego se fue. Llevaron vivo al joven, y fueron grandemente consolados” (Hechos 20:7-12).
Este relato es un reto de advertencia para cada uno de nosotros, la Biblia especifica claramente hasta el nombre de la persona que se cayó del tercer piso. A veces vemos en la palabra de Dios personajes que ni siquiera sus nombres son mencionados, pero en esta ocasión, Dios menciona en específico el nombre del joven Eutico.
Dios conoce por nombre sus hijos especialmente los que andan durmiéndose espiritualmente. El nombre de Eutico suena para esta época un poco extraño, pero a la verdad su significado es precioso por la misericordia de Dios. Este significa: afortunado. Aun cuando andamos espiritualmente dormidos, Dios por Su gracia nos levanta y nos da vida para seguir corriendo la carrera espiritual en Él. Eutico fue afortunado cuando cayó muerto del tercer piso y Dios por Su misericordia le devolvió la vida.
Dice la palabra que después de ese gran milagro, la predicación se extendió hasta el amanecer. Me puedo imaginar al joven Eutico con los ojos más abiertos que nunca y temeroso de Dios por lo que le había pasado. Hermanos a veces Dios prepara situaciones en nuestras vidas para que despertemos del sueño que nos detiene espiritualmente. Ese sueño impide que nuestra luz resplandezca a los demás, y si nos descuidamos nuestras luces se debilitarán poco a poco hasta llegar apagarse.
Dice la palabra en el versículo ocho que había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos. El joven Eutico era una de esas lámparas, pero se cansó en la carrera, le dio sueño y se paró completamente hasta el grado de caer muerto física y espiritualmente. Eutico llegó a la predicación con su lámpara encendida pero cuando el apóstol Pablo extendió el mensaje porque era necesario que todos escuchen la Palabra de Vida para esa reunión. Pablo tenía que irse de esa ciudad, pero antes era su deber llevar el mensaje que Dios le había dado para ellos.
Dice la palabra que Pablo disertaba largamente, esto significa que él estaba explicando la palabra de Dios paso a paso para que todos la entendieran. Todas las lámparas que se encontraban en el tercer piso, estaban encendidas escuchando el mensaje de Dios por medio de Pablo, mas hubo una lámpara que dejó de dar luz porque se durmió y cayó. Es interesante saber que esto está pasando en muchas iglesias donde vemos física y espiritualmente a personas durmiéndose en medio del mensaje de Dios. El aburrimiento es tan grande que cuando el pastor extiende el culto por media horas más, ya muchos están viendo el reloj impacientemente.
La presencia del Señor no llegará hasta que todos estén unánimes en un mismo sentir para luego ver el milagro. Cuando el joven cayó del tercer piso, había muchas lámparas encendidas y despiertas. El Joven Eutico volvió a la vida, su lámpara resplandeció despierta y en vigilia hasta el amanecer. El poder y la palabra de Dios es vida para todo aquel que se interesa por recibirla. Tenemos que leerla, escudriñarla, escucharla y aplicarla en nuestro diario vivir para que nuestras lámparas no se apaguen. Hermanos que me escuchan, Jesús hoy te da la oportunidad de llenarte de Su Luz; Él quiere levantarte y despertarte del sueño que impide llegar a Su presencia.
Aunque te sientas cansada (o), aburrida (o), dormida (o), aunque tu lámpara este apagada y no sientas deseo de continuar; el Señor Jesucristo te da la oportunidad de darte la vida como lo hizo con el joven Eutico. El quiere abrazarte y llenarte de nuevo con Su Luz para que puedas brillar en el tercer piso y en todos los lugares donde Dios te mande. Recuerda que cuando andamos con la Luz de Cristo no hay tormenta que te mueva, porque tu formación está fundada en la Roca que es Cristo. Despierta, no te duermas.
Padre en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo te damos las gracias por la vida y por el sacrificio que hiciste por todos nosotros. Señor ayúdanos a caminar de acuerdo al plan y propósito que Tú tiene para cada uno de nosotros. Señor sabemos que la carrera no es fácil de correr pero contigo no hay nada imposible. Señor perdóname porque en muchas ocasiones me he quedado dormida y sin fuerzas de no continuar, hoy vengo ante Ti para que renueve mis fuerzas y me ayude a correr con Tu Luz para así poder brillar y dar testimonio de Ti. Gracias Señor por levantarme, gracias Padre por la vida, gracias Señor por tu palabra y por tu misericordia; Gracias Señor.
Bendiciones
Amén y amén amado Padre Celestial porque a veces se apaga mi lámpara, pero tu fuego aviador la vuelve a encender.