“Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. He aquí que Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:3-6 (RVR1960).

Dios prometió a Jeremías que, si le llamaba, no solo le contestarías, sino que le rebelaría “cosas grandes y ocultas”, que no podían conocerse de otra forma. Esto significa que no solamente Dios trae sanidad y medicina, también discernimiento y revelación cuando a Él clamamos. La firme promesa de Dios hacia Jeremías todavía está vigente y efectiva para este tiempo. Es vigente y se activa cuando clamamos a Él en espíritu y en verdad por medio de la fe. Sus promesas es que, si nos humillamos y clamamos a Dios, Él nos revelará cosas grandes y ocultas que no conocemos. Durante esa Comunión Divina con Dios, somo limpiados, perdonados y sanados. El anhelo de Dios es que, Él busca el bien para Su pueblo a fin de sanarlo diciéndonos: “Mas Yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda”. Jeremías 30:17 (RVR1960).

Dios tiene el poder sobre la sanidad no importa el lugar donde te encuentres o la condición en que te encuentre. Para Dios no hay distancia, cuando Él envía Su Palabra esta viene cargada de bendiciones. Cuando entendemos que Él tiene el poder para realizar lo imposible podemos estar seguros de que nuestras necesidades son contestadas. Tal vez me dirás “estoy muy lejos de Dios” “me encuentro apartado de Dios y es muy difícil que Él se acuerde de mi o me envié Su Palabra”. Hechos 10:34 nos dice la Palabra que Dios no hace acepción de personas, esto significa que al corazón contrito y humillado Dios no lo despreciará jamás.

Nuestro Padre Celestial, es un Dios que no hace acepción de personas, Él es nuestro Dios y nuestro Creador, por lo tanto, no tiene favoritismos para unos u otros. El mayor interés para Dios es enviar Su Palabra a todo aquel que no lo conoce para que se arrepientan y sean salvos y sanados porque “los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2:17 (RVR1960). Cuando Dios envía Su Palabra la ejecuta diciéndonos: Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que Yo Soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante. Esto me anima a creer por fe que si Dios puede enviar Su Palabra cuando clamo a Él, te la puede enviar a ti también, si puedes creer. Descansa en la confianza que Dios te brinda hoy, Él siempre cumple Su Palabra.

Palabra de Dios
Lecturas Bíblicas: Jeremías 33:3-6 (RVR1960)
www.ministeriosdesanidad.org


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