Fuerza del Búfalo

Pero Tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco” (Salmos 92:10, RV60).

Todos en alguna etapa de nuestras vidas hemos pasado por situaciones difíciles que requieren oración, sabiduría, fe, y la intervención de Dios para resolverlos. En mi vida he atravesado por valles de lágrimas y durante el proceso, llegué a pensar que Dios se había olvidado de mí, pero “bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Dios es un Dios de consolación. Cada persona pasa por diferentes situaciones y por diferentes valles de dolor. La Palabra de Dios nos habla acerca de hombres y mujeres que tuvieron que pasar por diferentes valles de dolor, y en sus procesos, vieron la Poderosa Mano de Dios ayudándolos. Daniel pasó por el fuego, fue arrojados al foso de los leones, y Dios envió Su ángel, el cual cerró la boca de los leones; para que no le hiciesen daño. Pablo y Silas fueron golpeados, y luego de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Hechos 16:16-40

De modo que, cuando tú te sientas sin fuerzas para continuar, cuando vea que todo se derrumba, cuando vea que todo se acaba y no tienes fuerzas para seguir el camino de la vida, Dios te dará la fuerza del búfalo para salir hacia adelante. Cuando sientas que no tienes deseo de continuar y la carga es pesada, clama la fuerza de Dios. Cuando vea que todo se acaba y no hay salida, agárrate de Dios y clama Su fuerza. Cuando vea los ataques del enemigo por todo lado y no sientas fuerzas ni siquiera para alabar a Dios, clama Su fuerza. Dios respalda a Su pueblo, Él nunca te dejará a mitad del camino porque Sus bendiciones son completas y no añaden tristeza alguna. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9

Dios es mi fortaleza y mi pronto Auxilio en las tribulaciones. Mientras más nos acercamos a Dios, más cerca Él está de nosotros, especialmente, en tiempos difíciles. Cuando reposamos en Él y le entregamos todas nuestras cargas, entonces sabremos que nuestras vidas están bajo la Mano poderosa de Dios. Tal vez dirás: “mis problemas son muy grandes”, “me levanto con el problema y me acuesto solo pensando en el mismo problema”, “mi mente solo está enfocado en el problema”. El salmista David pensaba lo mismo cuando clamó a Dios diciendo: “Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia” (Salmos 59:17). Cuando reconocemos que nuestro Dios es nuestra fortaleza en momentos donde no tenemos fuerzas, Él por Su misericordia viene y nos brinda Sus fuerzas. Hay que reconocer que nuestras fuerzas provienen de Dios, por más difícil que se vea la situación, Dios está al control para ayudarnos y brindarnos Su paz.

Oremos:
Amantísimo Padre Eterno, Creador de los cielos y de la tierra; Jehová de los Ejércitos es tu Nombre. Gracias por darme las fuerzas como la del búfalo. Gracias por fortalecerme cuando mis fuerzas se acaban. ¡Señor, Tú eres mi fuerza! Gracias, amado Señor, porque no estoy solo/a, descanso en ti porque sé que estoy seguro/a. Recibe el poder, recibe la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Mensaje de Dios
www.ministeriosdesanidad.com



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