He Escuchado tu Oración Te voy a devolver la Salud
Regresa y dile a Ezequías, príncipe de mi pueblo, que Yo, el Señor, Dios de su antepasado David, he dicho: He escuchado tu oración, y he visto tus lágrimas. Te voy a devolver la salud, y dentro de tres días irás a Mi Templo (2 Reyes 20:5).
Este pasaje nos recuerda el inmenso amor y la misericordia de Dios hacia Su pueblo. Ezequías, en su angustia, clamó a Dios con sinceridad y humildad, y el Señor respondió a su súplica de manera poderosa. Nos enseña que no importa cuán difícil sea nuestra situación, Dios está siempre dispuesto a escucharnos y a restaurarnos.
Gracias, Padre de amor y misericordia.
Te alabamos y te adoramos, porque Digno Eres de recibir toda la gloria, la honra y el honor. Gracias por Tu fidelidad, por escuchar mi clamor y por atender mi oración. En momentos de desesperación, Tú eres mi refugio y mi fortaleza. He sentido Tu mano sanadora sobre mi vida, y me siento agradecido por la salud que me has devuelto.
Gracias, Dios poderoso, por devolverme la salud, en el Nombre que es sobre todo nombre; en el Nombre de Jesús. Amén.
En este acto de agradecimiento, renuevo mi compromiso de servirte y glorificarte en todo lo que haga. Que mi vida sea un testimonio de Tu poder y de Tu amor. Ayúdame a ser un instrumento de sanidad y esperanza para aquellos que me rodean, para que, al igual que Ezequías, puedan experimentar Tu restauración y gracia.
Gracias Padre de amor y misericordia, Digno Eres de recibir la gloria, la honra; y el honor. Que cada día que me concedas sea una oportunidad para agradecerte y para compartir Tu mensaje de amor y redención con el mundo. ¡Amén!
Padre Eterno, Digno Eres de recibir la gloria, la honra; y el honor. Gracias porque clamé a Ti y Tú me sanaste.
Escrito por Buenaventura F.