“Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve” (Malaquías 3:17). Dios te escogió a ti; Él pagó el precio por ti porque te ama con amor eterno.
Enfócate en su palabra y obedécela; si te humillas, Él te perdonará. Tú eres su tesoro escogido; Dios te escogió a ti con todos tus defectos para luego transformarte en una joya preciosa para Él.
Cada mujer al comprar un anillo posee ciertos detalles de selección. Primero vamos a tener en cuenta la forma, color, tamaño, calidad, y el precio. En el camino del Señor, Él no mira la condición, color o tamaño en que estamos formados; porque Él no hace acepción de personas. Hechos 10:34-40
Somos especial tesoro para el Señor. Las personas que trabajan con diamantes, saben el proceso que debe pasar el diamante para convertirse en una joya valiosa. Ésta debe ser sacada desde las profundidades para ser limpiada y cortada para lucir su belleza.
Esta joya debe ser pasada por el fuego para brillar y demostrar su hermosura. Luego el artesano toma la piedra y la taja con cincel para retirar un extremo, la pule y la coloca en el entorno adecuado para que pueda mostrar su belleza.
Eso mismo hace el Señor con todos nosotros, pero está de nuestras partes permitirle a Dios que haga la obra en nosotros. Sus manos siempre están dispuestas para moldearnos, tallarnos, pulirnos y pasarnos por el fuego.
Recuerdas que Dios tiene planes para ti y cuando Él comienza su obra, no la deja a la mitad ni tampoco se olvida de ella; más bien se enfoca en ella hasta que ésta sea perfecta.
Somos joyas preciosas para Dios; Somos su valiosa posesión, Él pagó el precio por todos nosotros. Quizás eres diamante pero te encuentra en las profundidades como se encontró Jonás.
Aun en las profundidades del mar, Jonás clamó a Dios, y Él desde allí lo escuchó y lo sacó a flote. Fue ahí donde Dios lo pulió y lo pasó por el fuego para llevar el plan de salvación a los habitantes de Nínive. En ese proceso, Dios tuvo que moldear a Jonás para que su corazón sea igual al del Señor.
Entrégale todo al Señor, deja que Él te moldee para que puedas brillar con luz propia. Somos propiedad del Señor, Él es quien se encarga de pulirnos. En ese proceso de moldeamiento, vamos a sufrir, pero el final será para bien y no para mal.
Todo por lo que estás pasando tendrá un buen resultado, no te desesperes Dios está contigo. No te desanime, recuerda que eres hermosa para Dios; eres la niña de sus ojos, Nación Santa, y pueblo adquirido por Dios.
Linaje escogido, Mía eres tú. Tú eres Mi sierva, Mi escogida; eres Mi joya preciosa.
Sigue hacia adelante, con la mirada fija al Autor de tu formación, Jesús.
Si no les ha dado tu vida al Señor como el Salvador espiritual de tu vida, te invito a que busque de Jesús; en Él encontrarás tu sanidad. Padre celestial, reconozco que soy pecador(a).
Me arrepiento de mis pecados. Creo que Jesucristo murió por mis pecados, que resucitó al tercer día y vive para siempre. Creo que Jesús es el Hijo de Dios. Abro la puerta de mi corazón y de mi vida, y lo recibo como mi Salvador.
Deseo que Él sea el Señor de mi vida. Gracias por salvarme y sanarme, en el nombre de Jesús, amén.
Si decidiste convertirte en un cristiano en el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más en Su Palabra.
Comparte tu experiencia con otras personas de tu nueva fe en Cristo. Bautízate como lo ordenó Cristo.
Pasa tiempo con Dios cada día, simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer su Palabra.
Pídele a Dios que incremente tu fe y te de comprensión de su palabra; aplícala en tu diario vivir. Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.
Bendiciones