Por B Flores
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: — ¡Sálvame, Señor! Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: — ¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:29-31) (Reina -Valera 1960)
¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? ¿Sabes porque Dios nos dice así? Porque Él nos ha hecho muchos milagros en nuestras vidas y se nos ha olvidado. Antes de que Pedro caminara sobres las aguas, ellos acababan de salir del extraordinario y sobrenatural milagro conocido como “La alimentación de los cinco mil”. Una vez que terminaron de alimentar a la gran multitud, Jesús les ordenó a Sus discípulos a tomar su barca en dirección hacia el otro lado. ¿Por qué hacia el otro lado? ¿Qué había hacia el otro lado? El Señor no es un Dios de confusión, cuando Él nos manda hacia el otro lado, es porque tiene una enseñanza que debemos de aprender, es salir de un escalón para escalar uno más alto, es llegar a otro nivel de fe en Él.
El Señor es un Dios omnisciente, Él conoce todo y lo sabe todo. Él sabe lo que hay en el corazón humano. La alimentación de los panes y de los peces no fue lo suficiente para afirmar la fe de Sus discípulos. Hacia el Otro Lado se encontraba el sello del poderío de Dios para sellar a Sus discípulos en la fe. ¿Qué harías tú si ve con tus ojos la multiplicación del pan y los peces como lo vieron los discípulos? Sin dudas algunas la fe se incrementa más y se afirma. Es una fe abrazadora de poder ver lo invisible como si existiese. Es una fe que mueve montaña. Es una fe sin dudas ni miedos. Queridos hermanos, Luego de que Pedro saliera de ver ese gran milagro poderoso, vio al Maestro caminar sobre las aguas, y le pidió al Señor ir hacia donde Él se encontraba.
Para llegar a donde Jesús, Pedro tenía que caminar sobre las aguas. Todos queremos ir donde Jesús, todos queremos entrar en su Morada, pero ¿Cómo debemos entrar en Su morada? Con fe y sin dudas, porque todo es posible si cree. Creyéndole a Él y sin miedo, aunque las aguas nos lleguen hasta el cuello. Y nos preguntamos ¿Por qué a Pedro le dio miedo? Muchos se enfocan en la parte donde Pedro se hundía, pero hay que tomar en cuenta que Pedro mientras tenía la mirada fija en Jesús, dice la palabra que caminó sobre las aguas como el Maestro, pero hay una gran diferencia. Pedro cuando quitó la mirada en Jesús y puso su mirada en las olas y en el viento de la tormenta, le dio miedo y empezó a hundirse.
Pedro es un tipo de la naturaleza de nosotros, él representa a nosotros. No me digas que nunca te ha dado miedo. A todos en algún momento de nuestras vidas nos ha dado miedo, la diferencia es: ¿Qué tú vas a hacer con el miedo? Vas a dejar que el miedo te derrumbe y te ahogues o vas a vencerlo con la palabra de Dios por medio de la fe. Tú escoge. Pedro escogió clamar a Jesús. Él sintió que se le iba la vida, pero se acordó del poder de Dios. Dios escuchó el clamor de Pedro y su oración llegó a Él.
La salvación viene del Señor. Así como Jesús salvó a Pedro y lo libró para que no se hundiera, de igual manera lo puede hacer contigo si tan solo cree. Entrégale a Jesús todas tus cargas, y Él te harás descansar. Solo crees y nunca dudes. Hoy el Señor ha escuchado tus oraciones, solo créele a Él con toda tu alma y con todo tu corazón. Nunca pongas en dudas lo que Dios puede hacer por ti. Señor gracias por salvarme y auméntame la fe cada día. Señor ayúdame a enfocarme en ti y no en mis tormentas. Jesús te creo. Sé que Tú nunca me dejarás ahogar, te creo. Recibo tu Manto de protección, recibo tu amor, recibo tu paz, recibo sanidad, recibo tus bendiciones que son nuevas cada mañana.
¡Señor Jesucristo te creo!
Noviembre 15, del año 2013