Las malas noticias afectan, no importa cuán cerca o lejos estén, si nos envolvemos demasiado en lo que está pasando, pueden afectar aun nuestro estado de ánimo. A la verdad hermanos que los tiempos que estamos viviendo pueden causar miedos, pero Dios “no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2Timoteo 1:7). El dominio propio es una virtud que Dios nos ha dado, es poder controlar nuestras emociones a cualquier situación que se presente. No nos podemos rajar a la primera situación que se presente, Dios nos brinda la fuerza para controlar nuestras emociones como también nuestros impulsos. Por falta de dominio propio algunas veces vemos a personas que no pueden controlar sus impulsos o emociones y de repente se frustran, pierden el equilibrio, lloran, se enojan o pelean.
La otra forma de dominio propio bíblicamente hablando, se refiere a la templanza. La templanza es una de las revelaciones del Fruto del Espíritu Santo en la vida de cada persona que ha aceptado a Dios como Su Único Salvador. De modo que la templanza tiene que ver con el crecimiento espiritual, mientras más accedemos que el Espíritu Santo obre en nuestras vidas, el dominio propio se fortalece en nosotros. Tener dominio propio nos ayuda a saber cómo manejar cualquier situación aun aquellas que nos han causado tristeza y dolor.
Una persona que carece de dominio se asusta a cualquier noticia y no ha permitido que Dios lo dirija. Una persona sin dominio propio piensa de más y deja que los problemas lo arropen; se siente solo, olvidado y anda con mucho miedo. Tal vez los problemas son tan grandes y sientes que te ahogas; hoy el Señor viene a recordarte que cuando pases por las aguas, Él estará contigo; “y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque Yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, Soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y Yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque Yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Isaías 43:2-5
Agárrate fuertemente a Dios y Su Palabra, confía y no temas. Realiza una autoevaluación de ti mismo y medita en lo que ha fallado y entrégale a Dios tus faltas porque “si confesamos nuestros pecados, Él es Fiel y Justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. Unas de las estrategias de satanás es tormenta al ser humano con cosas malas que nos han pasado en el pasado o presente. Lo que no sabe satanás es que si nosotros clamamos a Dios, nos arrepentimos de corazón y aceptamos al Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Señor de nuestras vidas, el enemigo no tiene poder para venir a atormentarnos. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Dios hace todo nuevo. Con Cristo somos libres, si tenemos a Cristo en nuestro corazón y nuestras vidas, el Señor se ocupará de cuidarnos y cuidar nuestros hijos y nuestro hogar. Es por eso que debemos de vivir una vida agradable a Dios.
Perdona, arrepiéntete y clámale las fuerzas a Dios y empieza a ver las cosas que no se ven como si fuesen. Empieza a clamar con tu boca que Dios no se ha olvidado de ti. Empieza a clamar con tu boca sanidad, restauración y paz a tu vida y a tu hogar, créelo y verás a Dios trabajando a tu favor. Él pelea por ti. Agárrate de Dios como nunca antes, no temas y deja que Él trabaje en ti. Dios te ama, eres muy importante para Él aun siendo pecador. Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
No permitas que el dolor, resentimientos, los problemas y la falta de dominio propio invadan tu corazón, hazle un pare. Entrégale a Dios todas tus cargas, tus problemas y serás libre. En el Nombre de Jesús declaro sanidad, restauración y salvación a tu vida. Que el ángel de Jehová haga morada en tu vida y en tu hogar. En el Nombre de Jesús clamo paz y provisión en su hogar. Deseo que Dios provea todas tus necesidades de acuerdo a Sus riquezas en gloria. En el Nombre de Jesús clamo una cobertura sobre tu hogar, que Dios enderece todo lo torcido y Su paz permanezca siempre. Clamo dominio propio a su vida. Deseo que sea prosperado en todas las cosas. Usted es cabeza y no cola. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2
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