“Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella al Señor; porque en Su paz tendréis vosotros paz” (Jeremías 29:7).
Cuando procuramos la paz de nuestra ciudad y rogamos a Dios por ella, Dios nos envía de Su paz, por tanto, nuestra ciudad tendrá paz. En la paz de Dios no tenemos que andar una vida de zozobra ni en miedo. La paz de Dios guardará nuestras entradas y nuestras salidas y Su paz estará derramada como Manto de bendición cuando oramos por nuestra ciudad. Es una responsabilidad de que tú y yo oremos por nuestra ciudad debido a que, estamos viviendo en tiempos sumamente peligrosos. El patrón de violencia que estamos viendo cada día en nuestra ciudad y en el mundo, solo se puede cortar cuando dos o tres se reúnen en oración. No es para extrañarse cuando pasa una desgracia sea en las escuelas, en establecimientos comerciales, en los hogares, y, por si fuera poco, en la carretera en medio de un tapón de regreso a casa. No estoy exagerando, pero esa es la triste realidad en estos tiempos.
¿Qué está pasando con la humanidad? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué están sucediendo estas cosas? Estas son preguntas de conciencia y reflexión en la cual, todos debemos de meditar. La violencia siempre ha existido, ese flagelo ha tomado fuerza en estos últimos tiempos. Todos andan buscando preguntas y echándole la culpa a las armas de fuego, que conste, no estoy a favor de las armas de fuego porque este es un problema también. El problema más grave reside en el corazón del hombre y eso les cuesta a muchas personas entender.
La Biblias nos dice en Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.
La Palabra de Dios que es la Biblia, debe ser implantada en el corazón del hombre. Es nuestra responsabilidad llevar la Palabra de Dios a nuestros niños y no recurrir al teléfono inteligente cargado de juegos de violencia o caricaturas que no edifican el alma.
Quisiera ser positiva en este asunto, pero todo este problema de violencia radica en el corazón y la mente del ser humano. Si los corazones no son transformados y renovados por medio de la Palabra de Dios, esto no se arreglará. Si nos remontamos en los tiempos de antes, los tiempos en que algunos llaman “fuera de onda”, la Palabra de Dios o sea la Biblia, formaba parte del currículo escolar y se leía en las escuelas porque, era y es “…útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3: 13-17 (RVR1960). De modo que, la Palabra de Dios, es una formación de enseñanza que prepara totalmente al hombre para toda buena obra.
Si continúan sacando a Dios en las escuelas y en los lugares gubernamentales ira de mal en peor, aun así, en medio del caos y la maldad en que estamos viviendo, hay esperanza para todo aquel que permite entrar a Dios y Su Palabra en su corazón. El apóstol Pablo en 2 de Timoteo le dice a Timoteo y nos dice a todos: “mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3: 13-17 (RVR1960).
Persiste tú en lo que has aprendido desde tu niñez acerca de la Sagrada Escritura (La Biblia) e implántala a tus hijos y a tu generación, ella te preparará para realizar buenas obras. Aunque movimientos contrarios a la Palabra de Dios han tratado de sacar la Biblia de las escuelas y otros lugares, Dios nos sigue susurrando al oído que,
“EL CIELO Y LA TIERRA PASARÁN, PERO MIS PALABRAS NO PASARÁN. MATEO 24:35 (RVR1960).
El Señor nos manda a “orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:16-18 (RVR1960). A la verdad cuando vemos todo lo que está aconteciendo a nuestro alrededor, el temor y la ansiedad ocasiona preocupación. El apóstol Pablo en su carta a los Filipenses nos enseña a perseverar en la oración de manera que nuestros pensamientos y nuestras miradas no estén fijos en los problemas sino en la oración. Si nos mantenemos fiel al Señor nuestro Dios, Él por Su misericordia será fiel a nosotros, por consiguiente, no debemos de andar preocupados ni afanosos.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6 Reina-Valera 1960).
Oremos: Padre mío y Dios mío, mi Dios en quien confía mi alma, Jehová de Los Ejércitos es Tu Nombre. Hoy te doy gracias por tu Palabra, ayúdanos a caminar siempre dirigidos por Ti y Tu Palabra oh Dios de mi salvación. Padre Eterno, Tu Palabra es vida y vida en abundancia. Señor, reconozco que te he fallado, perdóname y enséñame a depender de Ti y dirigido por medio de Tu Palabra. Enséñame a depender de ti por medio de Tu Palara y la oración que a Ti clamo. Jehová de los Ejércitos, cambia mi corazón y llénalo de tu amor, Tu amor cubre multitud de pecados. Padre Celestial Creador de los cielos y de la tierra, intercedo en un clamor por mi ciudad. Te pido que limpia los aires de mi cuidad, derrama lluvias de bendiciones y sana mi tierra. Te pido sabiduría sobre los líderes de mi ciudad y que abran sus corazones hacia Ti oh Dios. Ten misericordia de nosotros y enséñanos a perseverar cada día en oración y ruegos. Padre Eterno, Dios Todopoderoso, solamente Tú puedes cambiar el corazón y reparar mi ciudad. Amén.
“Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová; el pueblo a quien Él escogió como heredad para sí”. Salmos 33:12
Señor en el Nombre de Jesús te pido que Salve, Restaure y Sane Mi Ciudad.
Mensaje de Dios
Escrito por v. Flores
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