Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. Salmo 122: 6
Como hijos de Dios, es necesario orar por Israel y sus gobernantes. Nos conviene orar por Israel, ya que hay una promesa de bendición de parte de Dios a los que bendigan al pueblo escogido. “Bendeciré a los que te bendigan y al que te maldiga, maldeciré” (Génesis 12:3). La Palabra de Dios es muy clara en cuanto a orar por Israel y pedir por su paz y nos dice: Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman. Haya paz dentro de tus muros, y prosperidad en tus palacios. Por amor de mis hermanos y de mis amigos diré ahora: Sea la paz en ti. Por amor de la casa del Señor nuestro Dios procuraré tu bien. Salmos 122:6-9
El Señor ha ordenado a Sus hijos a que oren por la paz de Jerusalén y nos declara cuánto ama a esa nación. Dios ama la unión y considera a Jerusalén como a una ciudad que está unida entre sí. “Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí” (Salmos 122:3). Jerusalén es el lugar específico de la tierra que Dios escogió para Su morada, Él conoce la condición de Su pueblo por tanto nos insta a que oremos por esa nación. “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman” (Salmo 122:6).
Debemos clamar e interceder por la paz de Jerusalén puesto que sus ciudadanos están pasando por tiempos difíciles. Si nos humillamos y rogamos por Jerusalén, el Señor nuestro Dios brindará también paz a nuestras ciudad. “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella al Señor; porque en su paz tendréis vosotros paz” (Jeremías 29:7).
Cuando nos humillamos e intercedemos por Jerusalén, también nos provoca interceder por la paz de nuestra ciudad. Clamo por la paz de Jerusalén y por un derramamiento de liberación y restauración de mi ciudad. Oremos por esta nación, busquemoss el Rosto de nuestro Dios y confesemos nuestros pecados en el nombre de Jesús.
“Si se humillare Mi pueblo, sobre el cual Mi Nombre es invocado, y oraren, y buscaren Mi Rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces Yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” 2 Crónicas 7:14
Pido por los gobernantes y los que están en posiciones de lideratos para que sean dirigidos con sabiduría de lo Alto y que al tomar decisiones sean humildes y así podamos vivir pacíficamente. Amén.
Orar sin cesar y descansar en el Señor puesto que la batalla le pertenece a Él. Hay una gran bendición detrás de cada batalla y conflicto cuando depositamos nuestras confianzas en el Dios de los Ejércitos. Él nos has prometido en Su Palabra que no hay por qué temer y nos exhorta a prestar mucha atención en lo que Él puede hacer. Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. Aunque haya rumores de guerras y conflicto en todas partes, el Señor nos brinda esperanza en medio de la persecución. El Señor abre camino donde no hay camino y nos dice en Su palabra:
“Presten atención, que Estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas, ni se traerán a la memoria. Alégrense más bien, regocíjense por siempre, por lo que Estoy a punto de crear: Estoy por crear una Jerusalén feliz, un pueblo lleno de alegría. Me regocijaré por Jerusalén y me alegraré en mi pueblo; no volverán a oírse en ella voces de llanto ni gritos de clamor.» Nunca más habrá en ella niños que vivan pocos días, ni ancianos que no completen sus años. El que muera a los cien años será considerado joven; pero el que no llegue a esa edad será considerado maldito. Construirán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto” (Isaías 65:17-21).
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