—Porque ustedes tienen tan poca fe —les respondió—. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno” (Mateo 20-21).

Probablemente me dirás que tu fe es débil o muy pequeña para ver un milagro en tu vida, mas te diré: no importa lo grande o pequeña que sea tu fe si cree sin dudar, podrás ver lo imposible posible en el nombre de Jesús.

Dios no te pide una fe grande para poder vencer tus obstáculos. Dios solamente te demanda la fe del tamaño de un grano de mostaza, que es una de las semillas más pequeñas.

Nunca había visto personalmente el grano de la mostaza y un día decidí estudiar más a fondo acerca del tema. Me llamó la atención que hay diferentes variedades de semillas de mostazas y todas de diferentes tamaños. Entre las semillas de mostazas, hay una que es bien pequeñita.

El Señor hace esa semejanza acerca del tamaño de la semilla de la mostaza y nos las asemeja con el grado de fe que tengamos. Lo bello e impresionante es que la misericordia de Dios no hace acepción del grado de fe en nuestras vidas.

Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas (Santiago 2:1). El Señor Jesucristo solo te pide una fe del tamaño de la mostaza para decirle a esa montaña o a ese monte muévete.

El monte y la montaña representan los problemas de nuestro diario vivir o las pruebas difíciles que son muy pesadas de cargar.

Esas cargas muchas veces para el ojo humano son imposible de manejar pero para el ojo de fe no es imposible si así lo cree. Para Dios no hay Nada imposible.

El Señor Jesucristo te dice hoy en Juan 14:14. “Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré”. También Él te dice en Juan 15:7. “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.

Hermanos quizás el enemigo se está aprovechando de tu debilidad ahora que te encuentras entre la espada y la pared, mas hay Dios se ha acordado de ti porque Su amor por ti es grande.

Quizás piensas que tus oraciones son en vano y no ha podido ver los resultados, te digo de parte del Señor que siga perseverando y orando pues “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Isaías 59:1).

El Señor siempre te ha escuchado, solo tienes que esperar en Él. Probablemente te siente débil y sin fuerzas para continuar mas el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:26‐29).

Amados, recuerdas que en nuestras vidas pasaremos por muchas pruebas y es necesario saber cómo pedir ayuda al Señor.

Muchos solamente se acuerdan del Señor en los momentos difíciles y cuando ven sus peticiones recibidas y resueltas se olvidan completamente de Dios.

Hoy te exhorto a buscar a Dios a tiempo y fuera de tiempo en oración y en ayuno.  Debemos buscar a Dios todo el tiempo con alabanzas y por medio de su Palabra y con un corazón dispuesto y arrepentido, pues Él es nuestro Alto Refugio en nuestras vidas.

El Señor Jesucristo anhela tener una relación íntima contigo cada día, búscalo y verás que no te arrepentirás, Su amor te llenará de esa paz que el mundo no te puede dar.

Es en esa comunión intima con Dios donde tu fe se aumenta poderosamente de tal forma que cuando los problemas y las montañas llegan a nuestras vidas no tenemos por qué temer porque ya hemos fortalecido nuestra fe en el nombre del Señor.

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. 1 Juan 5:13‐15.

Bendiciones

Escrito el 24 de Septiembre de 2011
Escrito para www.ministeriosdesanidad.org


Autora del libro “Venciendo los Miedos por fe: Corre para ganar”, está disponible en Amazon Kindle Edition | https://amzn.to/3Mz5Ztw

Gracias por apoyarnos con el libro: Venciendo los Miedos por Fe: Corre para Ganar (Spanish Edition) Kindle Edition

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