Dios llama a personas ordinarias como tú y como yo para ejecutar el plan que Él tiene preparado para cada uno de nosotros. José y María, fueron dos personas ordinarias que vivían en un lugar ordinario, y tenían vidas ordinarias. Cuando Dios llama a personas ordinarias, para ejecutar su plan, Él por su misericordia los coloca en posiciones extraordinarias. En ese cambio arrebatador, muchas veces perdemos la visión que Dios tiene para nosotros y queremos proseguir con el plan que ya teníamos pendiente. Es ahí donde Dios entra a nuestras vidas, y nos dice: “perdona la interrupción; tengo algo mejor para ti.” Cuando el favor de Dios no ha sido discernido puede causar problemas porque la persona no estuvo preparada para recibirlo. Es por eso que debemos estar preparados a tiempo y fuera de tiempo. José y María no estaban preparados para esa Gran bendición, que Dios tenía para ellos. Cuando Dios llegó a sus vidas, ellos tenían otros planes pero Dios les
dijo: “perdonen la interrupción tengo otros planes para ustedes.” De repente vino en ellos confusión y miedo.
Dios entró en la vida de María y le dijo “perdona la interrupción, te he escogido para algo mejor. Esta interrupción del Señor trajo confusión a José, mas Dios estaba al control de todo. La palabra del Señor nos relata lo que le aconteció a María y a José en Mateo 1:18-24 “El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto. Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»). Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa.
No tenga miedo porque el hijo que María tendrá es un regalo. Jesús vino para nosotros como un regalo. El ministerio de José era el de proteger a María y a su hijo. El primer ministerio de todo creyente es su familia. Cuando Dios te interrumpe, se asegura primero que tú tenga en orden tu familia. Debemos de entender y ser obediente al llamado de Dios; Él nos provee las herramientas para andar con balance en nuestros ministerios. José se encontró muy confundido y eso le trajo en su corazón desconfianza y temor para aceptar a María como esposa, mas Dios siempre estuvo al control de la situación. Dios le dijo a Jonás: “perdona la interrupción; pero quiero que vaya a Nínive.” ¿Usted sabe porqué Dios nos interrumpe? Porque siempre andamos muy enfocados en otras cosas. Tenemos la tendencia de concentrarnos en los acontecimientos diarios de la vida. Nos afanamos y es ahí donde entra Dios y nos dice: espera, párate, perdona la interrupción de tu afán, porque tengo algo mejor para ti. Está de nuestra parte si vamos a hacer la pausa, vamos a ser obedientes y seguir el plan de Dios, o vamos a continuar con el plan carnal que ya teníamos trazados. María y José fueron obedientes, ellos dejaron su plan, y aceptaron el plan de Dios. Ellos decidieron escoger el Regalo más grande del mundo; el de ser padres del Niño Jesús en la tierra.
Por otro lado, Jonás desobedeció a la interrupción del Señor en su vida. Él sufrió su desobediencia pagando su propio pasaje; mas la misericordia del Señor nunca se alejó de Jonás hasta que él pudiera entender la interrupción del Señor y el plan de Salvación para el pueblo de Nínive. El mensaje de arrepentimiento y salvación, era lo que Dios quería que Jonás llevara al pueblo de Nínive. Jesús es el regalo de salvación para tu vida hoy. Hoy tú ha sido llamado (a) a ser una persona ordinaria. No guarde tu regalo y lo cierre en una caja, porque el Señor te dice hoy “perdona la interrupción quiero que use tu regalo; quiero sacarte de lo ordinario y llevarte a niveles extraordinarios. No sé cuál es tu afán hoy, lo que te distrae, lo que te saca de la visión que Dios tiene para ti. Párate, detente, porque la batalla es de Dios; Él es quien pelea por ti y te dice hoy: perdona la interrupción me eres útil. No te fije en el problema, concéntrate en el plan que Dios tiene para ti hoy. Vivimos en un mundo de muchas distracciones de la carne, mas Dios te dice: perdona la interrupción pon tu mirada en Mí. Ahí mismo donde te encuentras sé que no ha sido fácil para ti salir de esa situación, tú necesita la intervención del Señor a tu vida. Cualquiera que sea tu condición ya sea de miedo, frustraciones, odio, rencor, depresión, suicidio, pornografía, divorcio, vicios de las drogas y alcohol, carencia monetaria, enfermedad, inseguridad, o falta de fe. Hoy te dice el Señor: perdona la interrupción quiero libertarte del yugo hoy, y llenarte de la paz que tanto ha deseado. La obediencia, la humillación, el perdón y el arrepentimiento hacen que el Señor cambie la vida de todo ser humano.
Hoy el Señor ha cambiado tu vida. Recuerdas que Él nos lleva a desafíos para una vida extraordinaria: “Buscad el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas vendrán por añadiduras.” Si todavía no eres salvo (a) y nunca ha aceptado al Señor como tu Salvador espiritual, ésta es la mejor oportunidad para tu vida Hoy. Jesús está tocando la puerta de tu corazón y te dice: perdona la interrupción quiero que sea para Mí hoy. Si te ha decidido repite esta oración que cambiara tu vida. Señor Jesucristo, vengo a Ti así como soy, un pecador, me arrepiento, perdóname de todos mis pecados, límpiame de toda maldad, yo perdono a todos los que me han hecho daño, renuncio a Satanás, y ha todas sus mentiras. Reconozco que eres el Hijo de Dios, Señor me entrego a Ti por completo, entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador. Te prometo ser tu siervo de hoy en adelante. Hazme la persona que tú quieres que yo sea, sana mi cuerpo, alma y espíritu, cúbreme con Tu preciosa sangre, escribe mi nombre en el libro de vida, lléname con tu Espíritu Santo, gracias Señor por salvarme, gracias por hacerme una criatura nueva de Dios, en el nombre de Jesucristo Amén.