Perdona los pecados que otros hayan cometidos contra ti.
Todos conocemos la historia de José el hijo de Jacob y la manera de cómo Dios lo libró de las trampas de satanás. El favor de Dios siempre estuvo con José aun en medio del sufrimiento. José nunca culpo a Dios por su desgracia; más bien confió en Él con la esperanza que algún día su vida iba a cambiar para bien. El enemigo trató por todos los medios de desanimar a José, usando todas sus artimañas de destrucción; pero José se mantuvo firme en sus sueños y en las promesas que Dios tenía para él. Mientras las intenciones del enemigo eran eliminar a José y rebajarlo hasta nada; Dios elevó a José para ser el segundo hombre más poderoso de Egipto encargado del almacenamiento de los alimentos en medio de una gran hambruna.
Fue ahí donde Dios se manifestó en lleno para demostrar el Plan que Él tenía para José y Su pueblo. Dios quería restaurar a Su pueblo del hambre y del resentimiento; porque Su propósito era unificar a Su pueblo por medio del perdón. Los hermanos de José pensaban que nunca volverían a verlo de nuevo; mas cuando llegó la sequía, y los alimentos faltaron, todos tuvieron que viajar hacia Egipto para comprar trigo. Cuando los hermanos de José lo vieron no lo reconocieron; de igual manera al Señor Jesús no lo reconocieron en Su pueblo. El punto que quiero enfatizar es que quizás los hermanos de José no lo reconocieron cuando lo vieron, pero José sí.
El inmenso amor de Dios es que Él no solamente tenía un Plan para José, también tenía un Plan para los hermanos de José. Ellos procedieron bien mal contra su hermano, pero la misericordia de Dios también estaba con ellos. Aun cuando no obedezcamos al Señor, Él sigue extendiéndonos Su mano, nos reconoce y se acuerda de nosotros. Durante todo ese tiempo en Egipto, todavía había pena y nostalgia en José cuando vio a sus hermanos, pero Dios estuvo preparando el corazón de José para ese encuentro con ellos. Fue en ese preciso momento donde Dios le mostró Su Plan Perfecto de perdonar.
Cuando se vieron cara a cara, José tuvo la oportunidad de pagarles a ellos lo mismo que hicieron con él pues José tenía el poder y la autoridad de llevarlos a la prisión y hacerlos esclavos para toda la vida; mas el corazón de José ya estaba transformado a uno de amor y les dijo: “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente” (Génesis 50:20).
Esta historia tiene muchos mensajes envueltos para reflexionar, pero me he enfatizado en el amor para perdonar. “Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). José tuvo razón para vivir una vida de resentimiento, de odio y de dolor por todas las cosas que sus hermanos le hicieron; pero él escogió perdonar. José decidió continuar su vida para bien echando a un lado su pasado. Dios en Su Plan trajo alegría y favor al corazón de José de tal forma que cuando él recordaba su pasado, no sentía dolor. Cuando perdonamos, todo se olvida y la carga de resentimiento ya no la sentimos; es ahí donde Dios abre las puertas de bendiciones para Sus hijos.
Quizás tú ha vivido una vida completa de dolor y de resentimiento por algo que ya pasó por largos años y no te deja avanzar. Hermanos, el resentimiento, el odio, y el no perdonar; arruina al ser humano, arruina la unidad familiar; y arruina el Plan de Dios para tu vida. El odio, el rencor, y el resentimiento nunca te dejarán avanzar, porque esas son las estrategias de Satanás para dividir las familias. Hoy Dios te brinda un Plan de bendiciones, Él desea que tú le conozcas personalmente y puedas alcanzar el Propósito de tu vida por medio del perdón. José es un tipo de Cristo, él decidió perdonar a sus hermanos, y al instante Dios lo llenó de Su favor y le permitió unidad con sus hermanos.
Cuando Jesús fue crucificado, Él tenía el poder y la autoridad para decirle a Su Padre: “Padre manda un rayo y mátalo a todos,” pero ese no era el Plan del Padre por amor a todos nosotros. Jesús solo le dijo a Su Padre: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, y eso lo hizo por Su Gran inmensurable amor. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Ahí donde te encuentras déjame decirte que el odio el dolor, el resentimiento y toda raíz de amargura son las causas que detienen al ser humano consumiéndolo en la pobreza física y espiritual, sin mencionar las enfermedades. En cambio, el perdón nos brinda liberación, sanidad, nos restaura; y rompe todas las cadenas de resentimientos. Enfócate en Jesús y decide a perdonar hoy; te aseguro que recibirá liberación y sanidad.
“Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”. Padre de amor y misericordia, Padre Eterno; ayúdame a perdonar.
Mensaje de Dios Escrito por Buenaventura Flores Escrito originalmente para www.ministeriosdesanidad.com
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