Yo soy el camino.jpgB. Flores

          Cuando piensas que Dios no contesta tus peticiones es porque Él tiene algo mejor para ti. Muchas veces oramos por un deseo y cuando no vemos el resultado de nuestras peticiones pensamos que Dios no nos escucha. Los pensamientos del Señor no son nuestros pensamientos, Él siempre tiene planes mejores de lo que habíamos pensado. Dentro de Su Plan perfecto está un orden predestinado por el tiempo del Señor, no del nuestro. El problema es que cuando pedimos a Dios, queremos las cosas al tiempo de nosotros y no al tiempo del Señor.

         Esto no significa que Dios se haya olvidado de tu necesidad, el Señor conoce cuándo es el momento preciso para responder a tus necesidades y a tus sueños. Algunas veces tenemos que recorrer un camino bien largo para ver realizar nuestros sueños y nuestras necesidades. Si eres fiel al Señor y crees por fe, lograrás poder ver tus sueños y tus peticiones realizarse, recuerdas que “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará” (Habacuc 2:3).

       Hay cosas que están fuera de nuestras manos y solo depende de lo que Dios va a hacer con nuestras vidas y nuestro tiempo pues Su reloj no es igual al nuestro. El Divino Reloj del Señor no va al compás del reloj de nosotros.  El Reloj de Dios camina en el Tiempo Perfecto, en cambio nuestro reloj tiene la tendencia de atrasarse o detenerse por diferentes circunstancias de nuestras vidas. El reloj de nosotros es dirigido por medio del tiempo kronos. El tiempo kronos es el tiempo humano, es el tiempo donde se producen ansiedades por lo cual está dirigido por medio de las horas y los minutos.

        El Reloj del Señor nuestro Dios jamás se detiene y no está gobernado por las horas ni tampoco por las manecillas de los minutos. El Reloj del Señor, está gobernado al Tiempo Perfecto de Dios mejor conocido el Tiempo Kairos. El Tiempo Kairos es el Tiempo del Señor y todo lo que viene del Señor es bueno. Bajo el Tiempo del Señor podemos sentir la convicción que Dios está al control de nuestras circunstancias. Cuando reposamos en el Tiempo del Señor, no tenemos que temer porque Dios está al control en todo tiempo.

       El miércoles en la madrugada mi hijo se levantó aquejado de un dolor y despertándome me dijo: “Mami me duele el estómago”, rápido fui al botiquín en busca de medicinas. Mientras buscaba las medicinas hablaba con el Señor por la pronta recuperación de mi hijo. Dentro de las medicinas tenía un frasco de aceite ungido y lo agarré para ungir el cuerpo de mi hijo creyendo en las palabras que me dice en Santiago 5:14-15“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubieren cometido pecados, le serán perdonados.”

      Cuando ungía a mi hijo, sentía en mi interior una paz inmensa pero a la misma vez sentía una necesidad que debía correr hacia el hospital. Mientras nos dirigíamos hacia el hospital, el Señor me decía que Él estaba al control de mi hijo y de las personas que iban a cuidarlo, por tanto no tenía miedo. En el hospital mi hijo empezó a desmejorarse aun así, sentía una paz que todavía no puedo describir, ya no estaba intercediendo por mi hijo, estaba intercediendo por las personas que se encontraban alrededor de mi hijo en el nombre de Jesús.

     Cuando les hicieron los análisis, el médico me informó que era necesario hacerle una intervención quirúrgica de apendicitis. Pensé que iba a llorar y a preocuparme pero solo escuchaba la voz de Dios que me decía: “no te preocupes, Yo estoy al control”. Cuando llevaban a mi hijo camino a la sala de operación, sentía que temblaba pero una vez el Señor me sustentaba y me decía “Yo estoy al control”. Todavía no le habían administrado la anestesia a mi hijo y le dije: “hijo…antes que entres a la sala de operación quiero que le ore al Señor y así lo hiso. Su oración fue corta pero muy precisa y dijo: “Señor confió que Tú me va a sacar de esto pronto”.

     Mi condición de madre me hiso gemir pero aun en mis gemidos seguía escuchando la voz del Señor que me decía “todo va a salir bien, no te preocupes”, “todo está a Mi control”. En la sala de espera, ya después de una hora, vino el doctor con la buena noticia que mi hijo había salido bien de la operación y también me dijo: “Fue bueno que viniera en el tiempo preciso, si hubiese esperado media hora más, tu hijo pudo haber corrido el riesgo de que la apendice explotara”.

     Hoy le doy las gracias al Señor porque vinimos al hospital en Su Tiempo Perfecto. Hoy mi hijo puede dar testimonio de las grandezas del Señor y de Su Tiempo Perfecto. ¡Alabar a Jehová porque Él es bueno porque para siempre es Su misericordia!

     Gracia Padre Celestial por tu Tiempo Perfecto, enséñanos a esperar en Tu Tiempo. Gracias por llegar a Tu Tiempo. Vivo agradecida de Ti. Amén.

   “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Eclesiastés 3:1

  Escrito el 27 de Julio de 2014


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