¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Romanos 8:31 (RVR1960)
Jesús esta para intervenir por nosotros como Abogado ante el Padre. La semana pasada dijimos que Dios es nuestro Pastor y nosotros somos Sus ovejas. Jesús dijo que Sus ovejas oyen Su voz y El las conoce, y le sigue y nadie las arrebatará de Su Mano. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es Mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan 10:27-30”.
No hay oveja que Dios no conozca, Él conoce muy bien las ovejas de Su Redil y las llama por sus nombres. El anhelo de Dios es buscar las ovejas extraviadas, aquellas que se salieron del Redil o las que nunca conocieron el Redil. Juan 10:14-16 dice la Palabra que, Dios conoce a Sus ovejas como también, está interesado en aquellas ovejas que nunca han entrado en Su Redil. “Yo Soy el buen Pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y Yo conozco al Padre; y pongo Mi Vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este Redil; aquéllas también debo traer, y oirán Mi Voz; y habrá un Rebaño, y un Pastor.
¿Qué es un redil? Un redil es un lugar en el que los pastores guardan el ganado. Jehová es el Pastor que viene a tu vida para guardarte y librarte del peligro y del mal. El viene para levantar al caído, sanar, salvar y fortalecer al cansado. Si te encuentras solo, temeroso, cansado y extraviado, Dios te está esperando a que vuelva a Su Redil. Romano 8:31 Dios no solamente es nuestro Pastor, también es nuestro Abogado. El Todopoderoso nunca ha perdido un caso. Él está ahí para defendernos del enemigo. No estamos solos, Dios nos libera de las acusaciones del enemigo y nunca permitirá que caigamos en vergüenza. “Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme? (Salmo 27:1). El enemigo no prevalecerá contra los hijos de Dios.
No importa en el lodazal en que te encuentres, Dios está ahí cuando a Él clamamos. Si confesamos nuestros pecados, Él es Fiel y Justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9 (RVR1960)
Palabra de Dios
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