“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”. Salmos 121:1-8 (RVR1960)
Cuando el rey David escribió este Salmo empezó reconociendo su debilidad, aun sus armas y corceles, no fueron suficientes para buscar el socorro de Jehová. A medida que leemos los Salmos podemos ver que el salmista nació para adorar a Dios. Nosotros nacimos para alabar a Dios. Debemos de buscar la presencia de Dios, depender de Él en espíritu y en verdad y buscarlo en alabanza. No podemos dormirnos y dejar de alabar a Dios, porque Él nunca duerme. El Señor Todopoderoso no duerme, Dios siempre está pendiente para socorrer a Su pueblo.
Para el que cree todo es posible, y es necesario creer en las promesas que Dios nos brinda por medio de este salmo. Debemos de creer porque cuando creemos recibimos. Dios me promete que guardará mi entrada y mi salida, y si Él lo dice, yo lo creo por fe en el nombre de Jesús. Para concluir voy a resumir siete promesas que Dios nos ofrece por medio de este salmo victorioso.
1. Creer: debemos de creer por fe para poder recibir. Tengo que creer que mi socorro viene de Jehová y no del hombre, toda la gloria le perteneced a Dios. “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” (Salmo 121:1).
2. Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra: Dios es el Creador de todo lo que existe en los cielos, la tierra y debajo de la tierra. Dios es quien me protege y guarda mis pasos. Mi ayuda viene de Jehová, Él es mi refugio y mi socorro por tanto no temeré. “Mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121:2).
3. Dios siempre me guardará: Dios es mi refugio, no tengo miedo a nada ni a nadie porque Él siempre me guarda y me guardará del mal.
4. No dará mi pie al resbaladero: Dios me promete que guardará mis pasos para que no sufra ningún tipo de caída. Hoy me mantengo firme porque yo sé que el que me sostiene es Todopoderoso, Jehová de los Ejércitos es Su nombre. “No dará tu pie al resbaladero” (Salmo 121:3. Dios no dejará mis pies al resbaladero. Gracias Señor.
5. No dormirá el que me guarda: Dios no duerme, Él siempre está despierto para socorrer a Sus hijos. No puedo enumerar las veces que Dios me ha librado del peligro, si no hubiese sido por Él, no sabría dónde estaría mi alma. Estoy muy agradecida de los beneficios que Dios me ha brindado. Gracias Padre Eterno por tu bondad, tu gracia y tu misericordia. “Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma” (Salmo 121:7). “No se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel” Salmo 121:3-4).
6. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche” (Salmo 121:5-6).
7. Jehová guardará mi salida y mi entrada: La obediencia le agrada a Dios y caminar en lo que a Él le agrada, le agrada más. Tenemos que creer por fe que Dios es nuestro socorro y nuestro Protector. Hay una protección grande sobre los hijos de Dios, aquellos que lo buscan en espíritu y en verdad. “Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre” (Salmo 121:8).
Es necesario encomendarnos a Dios cada día y pedirle que guarde nuestras entradas y nuestras salidas en cada paso que demos porque vivimos en tiempo peligroso. “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará”. Salmos 91 (RVR1960)
Padre Eterno, Padre Celestial, Dios Todopoderoso, llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Te doy gracias porque cuando clamo a Ti, Tú me socorre y me libra del mal. Ayúdame a caminar firme y agradable a Ti. Padre mío, gracias porque Tú me acompaña, guía y guarda mis pasos dondequiera que vayas. ¡Gracias Señor!
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