Dios es Luz y en Él no hay oscuridad alguna
Dios es Luz, y en Él no hay oscuridad alguna. Todo lo que se encuentra en la sombra debe ser traído a la luz, porque en Su presencia las tinieblas no pueden permanecer. Este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: “Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna” (1 Juan 1:5).
Todo lo que se esconde en las tinieblas y todo lo que contradice los mandamientos de Dios un día se presentará ante Él y será avergonzado si no se arrepiente. Como se dice en Isaías 51:4: “Prestadme atención, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá una ley, y estableceré mi justicia para luz de los pueblos.”
Que cada uno de nosotros busque vivir en la luz de Dios, alineando nuestras vidas con Su justicia y verdad. Al hacerlo, podremos ser reflejos de Su luz en un mundo que tanto la necesita. Recordemos siempre que donde hay luz, la oscuridad no puede prevalecer. Dios es Luz, y en Su luz encontramos dirección, esperanza y vida eterna.