Dios, Tú eres tan bueno conmigo.
Padre, creo en lo que declaras en Tu Palabra, como está escrito en el Salmo 91:
“Ciertamente te librará del lazo del cazador y de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el temor de la noche, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto al Señor, que es mi refugio, al Altísimo, por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada; pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro de león y al dragón.
‘Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida y le mostraré Mi salvación.’”
Palabra de Dios