Aunque mi padre y mi madre me abandonen, con todo, Jehová me recogerá.
Salmo 147:3, nos dice que Dios “sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”. Dios comprende el dolor que sentimos y está dispuesto a acompañarnos en el proceso de sanación, ofreciéndonos paz y restauración para nuestras almas.
“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, con todo, Jehová me recogerá” (Salmos 27:10).
Palabra de Dios