“Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de Mí” Jonás 1:1
Jehová se dirigió por segunda vez a Jonás y le dijo: «Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que Yo te diré.»
Jonás se levantó y fue a Nínive, conforme a la palabra de Jehová.
Nínive era una ciudad tan grande, tanto que eran necesarios tres días para recorrerla. Comenzó Jonás a adentrarse en la ciudad, y caminó todo un día predicando y diciendo: « ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Cuando la maldad de un pueblo llega al Trono de Dios la cosa es seria. El Señor le dio dos escoge a los ninivitas por medio de Su mensaje y estaba de parte de los ninivitas qué escoger. Ellos escogieron lo mejor que lo condujo al arrepentimiento.
Dice la palabra en Jonás 3:1-10 que los hombres de Nínive creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el más pequeño, se vistieron con ropas ásperas. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, éste se levantó de su silla, se despojó de su vestido, se cubrió con ropas ásperas y se sentó sobre ceniza.
Luego hizo anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, una proclama que decía: «Hombres y animales, bueyes y ovejas, no prueben cosa alguna; no se les dé alimento ni beban agua, sino cúbranse hombres y animales con ropas ásperas, y clamen a Dios con fuerza.
Que cada uno se convierta de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quizá Dios se detenga y se arrepienta, se calme el ardor de su ira y no perezcamos!» Vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, y se arrepintió del mal que había anunciado hacerles, y no lo hizo.
Hay una maravillosa Misericordia Divina que aguarda a nosotros especialmente cuando nos arrepentimos de todo corazón. Dios vio y escuchó lo que los ninivitas hicieron para arrepentirse del camino que andaban.
Después del mensaje de Jonás, ellos confesaron sus pecados y se arrepintieron de sus malos caminos. El fruto del arrepentimiento nos hace libre, endereza nuestros pasos y nos libra del juicio de Dios. Los caminos de los ninivitas no eran buenos y Dios lo sabía pues no hay nada oculto para Él.
El arrepentimiento nos hace creer en Dios y nos hace ver los malos caminos en que andábamos mas el temor de Dios nos aleja de los malos pasos conduciéndonos a vivir agradable a Él. Cuando nos arrepentimos nos rendimos ante los pies del Señor y dejamos que sea Él obrando en nuestras vidas.
El arrepentimiento nos liberta del pecado, nos acerca más a Cristo, nos brinda la paz y nos hace nuevos. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17
La misericordia de Dios es grande, Él se olvidó del juicio que tenía programado para los habitantes de Nínive al instante que ellos ayunaron en arrepentimiento de sus malos pasos.
La misericordia de Dios es grande, Él no se apresuró a mandarle el juicio a los ninivitas, más bien fue lento para darle tiempo a que ellos se humillaran en arrepentimiento.
“Porque Tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Mas Tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad. Salmos 86:5/86:15
“Convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo” (Joel 2:13).
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios” (Salmos 51:17).
Padre celestial ayúdame a obedecerte y andar por el camino que te agrada. Perdóname por andar por el camino no agradable a Ti y obra en mi interior. Me arrepiento de todos mis pecados, gracias por perdonarme. Te acepto como mi Señor y Salvador de mi vida y hazme una nueva criatura en Ti. Gracias por tu misericordia.
Escrito el 4 de Septiembre del 2012
Bendiciones
Amado Padre Celestial quiero ser luz y sal ayúdame a predicar tu Santa Palabra a mi hijo Wladimir, familia y amigos. Amén y amén