La Biblia dice en Mateo 7:13-14: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
El Señor nos muestra dos caminos y está de nuestra parte escoger el que mejor nos convenga. El Señor Jesús describe con claridad los dos caminos y nos advierte lo que nos puede pasar en ambos caminos. Uno de los caminos tiene una puerta extremadamente ancha, y es ahí donde se encuentra la “libertad” pero no es la libertad de ser libre de esclavitud o de ser libre de alguna enfermedad; la libertad que el Señor Jesús nos habla es la libertad del libertinaje la cual la llama Él puerta de perdición. Un ejemplo de la puerta ancha de libertad es lo que estamos viendo hoy y lo que dice Isaías 5:20-25 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; ¡que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Penosamente los que han escogido la puerta ancha de perdición se las van a tener que ver con Dios y habrá un ay de dolor para ellos si no se arrepienten de sus pecados. Aparentemente el camino ancho es bien atractivo para muchas gentes hoy, pero este solamente conduce a la muerte. ¿Por qué tantas gentes prefieren la puerta ancha? Ellos prefieren esa puerta porque según ellos, es una puerta de libertad y cuando hablo de “libertad”, me refiero a la libertad de hacer lo que se le venga en gana para satisfacer la carne pecaminosa. Este camino es bien fácil de encontrarlo porque satanás está encargado de ese camino y su intención; es que todos caigan en él.
En cambio, los que escogen la puerta estrecha se les hace difícil porque tienen que pelear contra la carne, como también, contra el mundo. Estamos en el mundo, pero no pertenecemos al mundo. Los que escogen el camino estrecho, tienen que pelear constantemente con el enemigo y Dios les dará la victoria. Los que escogen el camino estrecho recibirán un camino angosto que lo conducirán a la vida eterna. El camino estrecho nos dirige a la vida y es difícil encontrarlo; pero no es difícil para Dios. El camino ancho no tiene ley, por tanto, las personas hacen lo que quieran y por eso, recibirán sus consecuencias si no se arrepienten. En cambio, el camino estrecho está dirigido por la Ley de Dios; no hacen lo que la carne desea sino lo que Dios tiene predestinado para todo aquel que escoge el camino estrecho.
Jesús le dijo: Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por Mí. Juan 14:6
¿Qué camino vas a escoger? Yo decido el Camino estrecho que conduce a la vida; y tú ¿qué decides?
Mensaje de Dios www.ministeriosdesanidad.com
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