victory1¿Cómo clamar a Dios?

Dios siempre responde porque nos lo prometió. Cuando nos declaramos vencido, Él actúa porque no es con nuestras fuerzas, sino con la fuerza del Señor para que nadie se vanaglorie. Muchas veces escuchamos a las gentes decir: “Dios no me escucha, he orado y clamado a Dios y no veo su respuesta”. El problema es que muchos tienen la imagen de Dios, como un Dios para que le resuelva sus problemas cuando se encuentran en un apuro. Claman a Dios, solamente cuando se encuentran en desesperación. Dios conoce a sus ovejas y las escucha, Él sabe quiénes son sus oradores que lo buscan en espíritu y en verdad, a tiempo y fuera de tiempo.

La palabra de Dios dice en Salmo 5:4-6 “Porque Tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a Ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová”. Tenemos que revisarnos antes de clamar a Dios para que Él nos responda. Tenemos que humillarnos para entrar en Su presencia, porque Él es Dios y conoce el corazón de cada uno de nosotros. Tenemos que vaciarnos de toda carga para clamar a Dios e ir antes Su Trono Celestial.

Dios no puede ser burlado, Él conoce el corazón que clama a Él. Jeremías clamó a Dios porque él fue un profeta que no se dejó intimidar por nadie, prefirió la cárcel antes de venderse con mentiras. Él anduvo con la verdad y eso le agradó a Dios de tal manera que Él le dijo: clama a Mí y Yo te responderé. Aunque te hayan abandonado, clama a Dios. Aunque hayan limpiado tu nombre con el piso, clama a Dios. Si te sientes enfermo, clama a Dios. Si necesita llenar ese vacío, clama a Dios y Él te responderá. Si te han dicho que no puedes tener hijos, activa tu fe y clama a Dios. Ana clamó por un hijo, y Dios le respondió (1Sa.1:12,13).

La mujer que tenía una hija con un demonio clamó, y Dios le respondió (Mr.7:28,29). Si tienes problemas con la vista, llénate de fe y clama a Dios. Bartimeo, un hombre ciego, clamó, y Dios le respondió (Mr.10:51,52). La mujer que estuvo enferma por doce años con un flujo de sangre, clamó a Dios y Él le respondió. Si los médicos te han dado un diagnóstico no favorable, clama a Dios y Él te sanará.

Si te encuentras preso/a en la depresión, clama a Dios y Él te dará la libertad. Si te encuentras preso en la cárcel, clama a Dios, José estaba preso en la cárcel y clamó a Dios y Él le respondió, porque para Dios no hay nada imposible. Solo llénate de fe y créele a Dios más que nunca.

¿Habrá algo imposible para Dios? Quizás me dirás: ¿Cómo debo clamar a Dios? Solo humíllate ante Su presencia en espíritu y en verdad. Entrégale todas tus cargas al Señor, reconócelo que Él es Dios y que no hay nada imposible para Él.

Pídele perdón a Dios y perdona a tus enemigos. Pídele al Señor que quite de ti toda ira y enojo, todo orgullo y malos pensamientos, guarda tu corazón. Invita al Señor por medio de tus alabanzas. Cántale al Señor de corazón, cántale himnos de alabanzas, porque Dios habita en las alabanzas de Su pueblo. Acéptalo como tu Señor y Salvador y verás cómo Dios te responderá cuando clame a Él. Si tú no tienes fe, nada pasará, la fe activa el milagro. Hoy te invito a que te llene de esa fe que mueve montañas y dile al Señor en este día: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que Tú hiciste el cielo y la tierra con tu Gran Poder, y con tu Brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para Ti”, hoy me rindo ante Ti porque ya no puedo más. Me entrogo a Ti para que seas Tú obrando en mí. Ya no voy a luchar con mis fuerzas, sino con tus fuerzas. Señor, gracias porque clamé a Ti y Tú me sanaste” (Salmos 30:2). Señor gracias porque clamé a Ti y me respondiste. Lo creo y lo recibo en el nombre de Jesús. Amén.

Gracias Padre Celestial por sanarme, y restaurarme. Gracias Padre porque solo Tú levanta mi cabeza. Dios es real. El Señor Todopoderoso “Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme.”  Gracias Padre mío y Dios mío, mi Roca y mi escudo. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón, porque sé que Tú oh Dios estás conmigo cuando clamo a Ti.

Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3). (RVR1960)

Escrito: marzo del año 2015
www.ministeriosdesanidad.org


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