El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido. Proverbios 17:27-28 (RVR1960)
Una persona entendida es aquella que sabe muy bien medir sus palabras con sabiduría y busca la manera de que sus palabras siempre estén sazonadas con amor para no herir a nadie. Lastimosamente, nos vamos a encontrar en el camino de la vida a personas deslenguadas que no conocen a Dios y lo primero que le llega a la boca lo sueltan sin pensar causando dolor. La verdad es que, lo que hablamos tiene el poder de edificación o destrucción. Aprendamos a medir nuestras palabras, que al hablar llevemos bendición.
Dice la Palabra de Dios que, “la persona de corazón torcido no encontrará nada bueno, y el de lengua de doble ánimo terminará en calamidad” (Proverbios 17:20). La Palabra de Dios nos dice en Proverbios 17: 27 que, “aun el necio, cuando calla, es contado por sabio”. Dios escudriña el corazón del ser humano y conoce muy bien la intención del hombre. Hoy Dios viene a transformar tu corazón por medio del Espíritu Santo para cuando hables, salgan palabras de sabiduría para la edificación de tu vida y de los demás. Cada palabra que sale por tu boca manifiesta lo que hay dentro de tu corazón.
Oremos: Padre Eterno gracias por Tu Palabra. Hoy guardo mi corazón para no pecar contra Ti Oh Dios. Ayúdame a saber cómo hablar a tiempo y fuera de tiempo. Ayúdame y dame sabiduría para saber callar cuando tenga que callar. Que, al abrir mi boca, salgan palabras de edificación para el oyente y ser bendecido por el fruto de mis labios. En el Nombre de Jesús, te lo pido. Amén.
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