Algunas veces hay circunstancias opuestas en la que el creyente llega a pensar que no hay un escape para salir del problema. Debemos tener presente que Dios abre caminos donde no existe ninguno para darnos la victoria. En momentos de angustia y desesperación, no podemos dejarnos llevar por las murmuraciones y las mentiras del diablo, ni mucho menos, dejar que el miedo nos asedie. Usted es cabeza y no cola, “porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7-11).
Tú no estás huérfano/a, Dios nunca te ha abandonado y nunca te ha desamparado. La Palabra de Dios nos dice en Jeremías 33:3: “Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Cuando los israelitas tuvieron sed en el desierto ellos murmuraron contra Moisés, entonces Moisés clamó “a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. He aquí que Yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo” (Éxodo 17:3-7). Si el Señor escuchó el clamor de Jeremías y Moisés, también escuchará tu clamor. Tal vez le dirás a Dios: ¿Qué haré con esta situación? Él te contestarás como lo hizo con Moisés: He aquí que Yo estaré delante de ti para ayudarte.
En cualquier situación hay un Plan perfecto para Dios, recordemos que todo obra para bien. Quizás dirás “pero he llorado y clamado a Dios y no he visto ni escuchado ninguna respuesta de parte de Dios”. Si tú no ha visto ninguna respuesta concerniente a tu situación, eso no significa que Dios no está trabajando a tu favor. Dios está trabajando y debemos de creerlo por fe.
No podemos desesperarnos porque la mucha prisa provoca errores y todo es al tiempo de Dios. Muchas veces queremos las cosas de inmediato, pero Dios siempre tiene algo reservado especialmente para Su pueblo. Tenemos que estar listos para recibir lo que Dios tiene para nosotros. Él tiene reservado lo mejor para Sus hijos y nosotros somos Sus hijos. Esperemos en Jehová porque “los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:31).
Confiemos y esperemos en Jehová porque Él escucha nuestro clamor. El Señor quiere que Sus hijos clamen a Él en espíritu y en verdad, con un corazón sincero. Clama a Dios, abre tu corazón y dile cómo te sientes, porque Él es Fiel y Verdadero y escucha tu voz.
Las Lecturas Bíblicas sin otra indicación, han sido tomadas de la Santa Biblia, Reina Valera 1960. Mensaje de Dios www.ministeriosdesanidad.com
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