Protegidos Bajo el Abrigo del Altísimo

El que habita al Abrigo del Altísimo, halla refugio bajo la sombra del Omnipotente. Este pasaje nos enseña a vivir una vida de intimidad y confianza en Dios. Quien se acerca a Él y permanece en Su presencia, vive bajo Su protección y cuidado constante. El salmista declara con plena convicción que Jehová es su esperanza y su fortaleza, su refugio seguro en medio de cualquier situación o circunstancia. Dios es nuestra esperanza y nuestro pronto auxilio en la tribulación. En el Nombre de Jesús declaramos la protección del Señor sobre nuestras vidas y las vidas de nuestras familias.

He aquí Salmo 91:

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.

Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.

Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.

No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Salmos 91:1-16).

Dios promete cuidarnos y librarnos de las trampas del enemigo llámense como se llamen, y de las enfermedades que quieren destruirnos. Dice la Palabra de Dios que caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Eso significa que, aunque nuestros enemigos se cansen de enviar maldades, ya sea difamación, envidia, brujerías y fuerzas ocultas de las tinieblas; no prosperarán porque NINGUNAS armas forjada contra los hijos de Dios prosperarán. Dios está arriba y observa las malas intensiones de nuestros enemigos y se las revelas a Sus hijos. Muchas veces esos enemigos se encuentran en el trabajo, en los negocios, y lo más triste en nuestras propias familias.  Solo tenemos que orarle al Señor para que pueda alcanzar sus almas y pueda cambiarle el corazón. Al hacerlo, ganamos la gracia y el favor de Dios en todo lo que nos emprendamos a realizar. Dios tiene una habilidad de cambiar las cosas malas en buenas para Sus hijos.

La victoria es nuestras, Dios pelea nuestras batallas. Así que descansemos en el Señor y en Su Protección porque Él siempre está y estará trabajando a favor nuestro; y nuestros enemigos caerán en vergüenza si no se arrepienten.

El Padre Eterno, como un ave protectora, también nos cubre con Sus plumas, brindándonos seguridad bajo Sus alas. En la presencia de Dios es donde hallamos paz y seguridad frente a cualquier situación de peligro ya sea visible o invisible oculto de las tinieblas. Confiar en Dios no solo es una declaración de fe, sino también una decisión de habitar y permanecer en Su presencia, reconociendo que en Él está nuestra paz, nuestra protección y nuestra salvación.

Mensaje de la Protección Divina de Dios

Escrito por Buenaventura Flores

Escrito originalmente para www.ministeriosdesanidad.com


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