Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen (Juan 10:27). Al Señor le agrada cuando obedecemos, escuchamos Su voz y creemos en Su palabra. La Palabra de Dios produce sonido de vida y da libertad. La libertad del Señor nuestro Dios, es una libertad que aunque estemos preso, Su protección siempre nos acompañará. Está de tu parte si deseas recibir Su palabra y atesorarla en tu corazón.
Esta enseñanza me traslada al libro de los Hechos 16:16-40 donde Pablo y Silas se encontraban encarcelados, atados y bien azotados por los soldados pero aun así, ellos mantuvieron el gozo del Señor. “Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban”. Aun en medio de las tribulaciones, ellos creyeron en la palabra de Dios.
Los israelitas llevaban más de 400 años viviendo en servidumbre y sujetos a ser esclavos bajo la dura opresión de Faraón en Egipto y Dios con voz fuerte les dijo: “los saqué y les di libertad”. El problema fue que ellos no oyeron la voz de Dios sin embargo, el Señor vio la angustia y dolor en el cual ellos se encontraban. Cuando ellos se encontraban bajo esclavitud de Faraón, el Señor por Su misericordia los libertó con brazo fuerte.
La palabra de Dios nos dice en Éxodos 13:3 “y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová os ha sacado de aquí con Mano Fuerte.” Dios los sacó de la esclavitud pero ellos como que se acostumbraron a la mentalidad de esclavo. Ellos duraron un largo tiempo viviendo y pensando como esclavos y sus memorias ya estaban adaptada a la esclavitud. La triste realidad es que si el espíritu de Dios no está presente en el corazón, la mente continuará en esclavitud “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
Cuando el Espíritu de Dios habita en el corazón hay liberta, gozo, paz y se rompen las cadenas de inmundicias. Las cosas que antes hacíamos ya no las hacemos, somos nuevas creaturas y no hay ningún yugo que nos ate ni nos cause miedo, porque Jehová es quien nos sostiene por medio de Su poder. “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36.25-27).
Los israelitas fueron liberados del yugo de los egipcios por la gran misericordia de Dios, de igual manera nosotros hemos sido librados del mundo del adversario. Nosotros vivíamos encadenados y sumergidos por las cadenas de Satanás mas por la gracia y misericordia de Dios somos salvos y librados del yudo de la esclavitud. ¡Jesús nos hizo libres! ¡Aleluya! ¡Glorificado sea Su nombre por los siglos de los siglos! ¡Amén!
La palabra de Dios emite sonidos de vida, amor, paz, libertad, liberación, sanidad y salvación. La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12 Reina-Valera 1960 (RVR1960).
Si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones. Busca de Dios, Él es el Único que te puede salvar. El Señor Todopoderoso nos manda a vivir una vida santa y perseverante en su presencia.
Escrito el 29 de Junio 2014