EN MIS ALTURAS ME HACE ANDAR
El profeta Habacuc estaba pasando por una grave situación y en medio de su necesidad Dios lo sostuvo para que camine por encima de su problema. Dios lo ayudó y le enseñó que si se agarraba de Él podía pasar por encima de sus problemas. No importa las vicisitudes de la vida y los circunstancias en que estemos pasando, cuando clamamos a Dios de todo corazón, Él nos escuchas. Yo entiendo que en nuestra humanidad al momento de las circunstancias nos sentimos tristes y sin fuerzas y cantar alabanzas es difícil. Una cosa he visto y he testificado que cuando alabo a Dios en medio de las circunstancias, las cadenas se rompen y Dios me brinda Su paz.
El tiempo que le tocó vivir al profeta Habacuc eran tiempos difíciles para el pueblo de Dios, eran tiempos de incertidumbres y tiempo de guerras. Al instante que el profeta Habacuc empezó a adorar y alabar al Señor, Él le mostró en la alabanza a las ciervas. Las ciervas significan altura, las ciervas es el venado y su habitad es morar en las alturas. Dios creo y capacitó a estos animales con extremidades para que puedan escalar bien alto. El profeta Habacuc en vez de mirar la situación decidió alabar a Dios por medio del Espíritu Santo diciendo:
“Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar” (Habacuc 3:19 (RVR1960).
Gracias Señor Padre Eterno, Dios Todopoderoso. Te doy gracias por levantarme y librarme de caídas. Señor, estoy en Tus Manos y lo que está en Tus Manos nunca se cae. Gracias por levantarme y permitir que camine en mis alturas en Ti.
Agarrémonos de Dios cada día, Él es quien nos hace escalar bien alto.
Palabras de Dios
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