Todos tenemos motivos para darle gracias Dios por Sus beneficios hacia nosotros. Los beneficios de Dios a nuestras vidas son grandes y no se pueden enumerar. Los beneficios que nuestro Padre Celestial tiene para cada uno de nosotros son de bienestar y no de calamidad. Los beneficios de Dios para ti y para mí nos llena de favores y sanidad. Los beneficios de Dios nos rescatan del hoyo y del lago cenagoso. Los beneficios de Dios nos rejuvenecen como el águila y nos hacen nueva criatura. ¡Cuán grande son los beneficios de Dios a nuestras almas! Él es quien perdona todas nuestras iniquidades y nos levanta una vez más para seguir hacia adelante. Nunca olvidemos los beneficios que Dios nos ofrece cada día porque Él es quien perdona todas nuestras iniquidades, el que sana todas nuestras dolencias; el que rescata del hoyo nuestras vidas, el que nos corona de favores y misericordias; el que sacia de bien nuestras bocas de modo que nos rejuvenece como el águila. El Salmista David fue un hombre pecador como tú y como yo, y él fue bendecido porque nunca olvidó los beneficios de Dios. El salmista escribió en Salmos 103 esta alabanza a Dios acerca de todos los beneficios que Dios hiso con él. Esta alabanza de agradecimiento es para todos nosotros también:
Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia. Sus Caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras. Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más. Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y Su justicia sobre los hijos de los hijos; sobre los que guardan Su Pacto, y los que se acuerdan de Sus Mandamientos para ponerlos por obra. Jehová estableció en los cielos su trono, y Su Reino domina sobre todos. Bendecid a Jehová, vosotros Sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de Su Precepto. Bendecid a Jehová, vosotros todos Sus ejércitos, ministros Suyos, que hacéis Su voluntad. Bendecid a Jehová, vosotras todas Sus obras, en todos los lugares de Su Señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.
Oremos: Padre Eterno. Dios Todopoderoso, gracias por todos Tus beneficios y por Tus bendiciones que son nuevas cada mañana. Ayúdame a nunca olvidarme de Tus beneficios. Amén y Amén.
Lecturas Bíblicas: Salmos 103: 1-22 (RVR1960)
Palabra de Dios
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