Jehová Dios mío, a Ti clamé, y me sanaste” (Salmos 30:2). La palabra clamar significa que voy a orar sin cesar en busca de mi milagro y en busca del favor y ayuda de Dios. Cuando clamamos a Dios con fe, Él por Su misericordia nos responde en Su tiempo. El Nombre de Dios es muy Poderoso y cuando pedimos en el Nombre de Su Hijo Jesús, Su poder se manifiesta de tal manera que provoca Milagros de sanidad en aquellos que lo declaran por fe. El Señor cumple lo que promete de acuerdo con los Propósitos Eternos que Él tiene para nosotros. Génesis 17:1-2 nos dice la Palabra de Dios que, “era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: “Yo Soy el Dios Todopoderoso; anda delante de Mí y sé perfecto. Y pondré Mi Pacto entre Mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”.

Lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios, Él es un Dios de Pactos, y cumple Sus promesas. Dios es el Dios de las cosas imposibles, solo tenemos que arrepentirnos, entregarle nuestras vidas a Él en espíritu y en verdad, tener fe y creer en Sus promesas. Te aseguro que verás a Dios haciendo Milagros. El anhelo de Dios para Sus hijos es que gocemos de buena salud y seamos prosperados en todas las cosas.

Para ver cada día a Dios trabajando en mi vida, tengo que abrir la puerta de mi corazón a Jesús y permitir que Él entre a mi vida. Tus amigos te pueden abandonar y sacarte de sus listas en las redes sociales y cerrarte las puertas, pero Dios sigue tocándote la puerta, aunque no le abra. Él solamente entra si tú le abre. Jesús es caballeroso, Él entra si tú le abre la puerta, en cambio, satanás entra sin ser invitado. Te invito a que le abra la puerta de tu corazón a Jesús y cuando lo haga, hazlo de todo corazón. Medita en lo que Dios puede hacer en tu vida si acepta esta Gran Invitación que te aseguro cambiará tu vida.

Si te decidiste aceptar al Señor en este día, por favor repite conmigo esta poderosa oración de Salvación:

Señor Jesús, vengo a Ti así como soy; un pecador (a) me arrepiento de todos mis pecados, límpiame de toda maldad. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Gracias por el Sacrificio en la Cruz del Calvario. Señor, hoy te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi Salvador. Padre Eterno, a partir de hoy, pongo todas mis esperanzas en Ti. Entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador espiritual de mi vida, en el Nombre de Jesús. Amén.

Si decidiste convertirte en un cristiano en el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más cerca de Él, métete en la Palabra, medita en ella y comparte tu experiencia con otras personas de tu nueva fe en Cristo. Bautízate como lo ordenó Cristo. Pasa tiempo con Dios cada día, simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer Su Palabra. Pídele a Dios que aumente tu fe y te de comprensión de Su Palabra; aplícala en tu diario vivir. Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios. ¡Dios hará milagros! Gracias Señor por sanarme y por salvarme. En el Nombre de Jesús recibo sanidad y Salvación. Amén. 

¡Oh Jehová, Señor nuestro, ¡cuán Grande es Tu Nombre en toda la tierra! Salmo 8:9

Palabra de Dios
www.ministeriosdesanidad.org

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