Cuando declaramos en alta voz Palabra de Dios, suceden cosas maravillosas. Estas Palabras de sanidad de parte de Dios van dirigida a tu vida y a tus familias cuando las cree por fe. Dios es sanidad y el que lo toca de corazón es sanado. La mujer del flujo de sangre se atrevió a tocar a Jesús y recibió sanidad (Lucas 8:43-48). Atrévete a tocar Su Manto.
«Bendito sea el Señor, que le ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a su promesa, sin dejar de cumplir ninguna de las promesas que le hizo a Moisés».1 Reyes 8:56:
«¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Bendiga todo mi ser su santo nombre! ¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia. El Señor te sacia con los mejores alimentos para que renueves tus fuerzas, como el águila». Salmos 103:1-5
«¡Bendito serás, por encima de todos los pueblos! No habrá en ti hombre ni mujer que sea estéril, ni tampoco entre tus ganados. El Señor alejará de ti toda enfermedad. No enviará sobre ti ninguna de las plagas malignas que envió sobre Egipto, y que tú conoces, aunque sí las enviará sobre todos los que te aborrezcan». Deuteronomio 7:14-15
«Si escuchas con atención la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto delante de sus ojos, y prestas oído a sus mandamientos y cumples todos sus estatutos, jamás te enviaré ninguna de las enfermedades que les envié a los egipcios. Yo soy el Señor, tu sanador». Éxodo 15:26
«Pero me servirán a mí, el Señor su Dios, y yo bendeciré tu pan y tus aguas, y quitaré de en medio de ti toda enfermedad. No habrá en tu tierra mujer que aborte, ni estéril. Yo haré que vivas los años que debes vivir». Éxodo 23:25-26
«Por haber puesto al Señor por tu esperanza, por poner al Altísimo como tu protector, no te sobrevendrá ningún mal, ni plaga alguna tocará tu casa. Yo lo pondré a salvo, porque él me ama. Lo enalteceré, porque él conoce mi nombre. Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en medio de la angustia. Yo lo pondré a salvo y lo glorificaré. Le concederé muchos años de vida, y le daré a conocer mi salvación». Salmos 91:9-10, 14-16
«Toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía un poder que sanaba a todos». Lucas 6:19:
«los envió a predicar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos». Lucas 9:2:
«Aun de las ciudades vecinas venían muchos a Jerusalén, y traían a sus enfermos y a los atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados». Hechos 5:16:
No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de JAH. Salmos 118:17
Padre en el Nombre de Jesús, recibo sanidad y declaro por el Poder de Tu Palabra que, No moriré, sino que viviré, ¡y contaré las obras de JAH y el que lo crea diga Amén!
Palabra de Dios
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