2 Crónicas 20:1-30

Estar quietos no significa que nos vamos a sentar en la silla cómoda y no hacer nada, el Señor les dijo al rey Josafat que este quieto junto al pueblo de Judá. Ellos se sometieron a Dios, dependieron de Dios, confiaron en Dios, se humillaron en ayuno y oración para consultar a Jehová.

Esa acción no es de quietud, es una acción de guerrear en oración para derribar los dardos del enemigo. Cuando alabamos a Dios y buscamos su presencia hay ruido y movimiento, suceden cosas maravillosas. Cuando nuestras alabanzas son genuinas, Dios hace que éstas sean efectivas y produzcan milagros. Si bien es cierto que cuando nos encontramos en tribulación no nos da el mayor deseo de alabar a Dios, pues tenemos la tendencia de enfocarnos en el problema y no en la solución. Jesús es la solución a todos nuestros problemas.

En 2 de Crónica 20:1-30 leemos que el rey Josafat y todo el pueblo de Judá, se encontraba en una amenaza, venían a pelear contra ellos una gran multitud. El rey Josafat con todos sus jinetes y caballos de guerra le dio miedo, y humilló su rostro para consultar a Jehová e hizo pregonar ayuno a todo Judá. El problema de nosotros es que cuando hay una tribulación, queremos resolverlo con nuestra propia fuerzas. Estad quietos significa depender de las fuerza del Señor, descansar en Él en alabanzas y oración y sin ningún temor.

Me llama la atención que el rey Josafat le dio miedo, a todos nos da miedo, las preguntas es: ¿Qué vamos a hacer con el miedo? ¿Vamos a dejar que el miedo nos derribe o vamos a derribar el miedo con la palabra de Dios? ¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados? Esa actitud no es la que Dios desea para Sus hijos. Al instante que el rey Josafat recibió la mala noticia, ellos pusieron su fe en acción. Cuando Jehová le dijo a Josafat que se esté quieto, fue porque ya él había humillado su rostro en ayuno y oración, unánime con su pueblo. Ellos hicieron su parte y la otra parte le correspondió a Jehová de los Ejércitos.

El poder del ayuno y la oración, causa liberación y victoria. Es importante notar en los versículos de 2 crónicas 20:6-9, que el rey Josafat empezó hablarle al Señor su situación, pero su inicio fue alabando a Dios. En medio de su situación desesperante, el comenzó exaltando a Dios. El rey Josafat empezó a enzarzar a Dios y cuando terminó de alabarlo, entonces entró con el problema. El problema de nosotros es que cuando hablamos con Dios, lo primero que hacemos es plantearle la situación como si Dios estuviera ajeno de nuestras circunstancia.

Dios es un Dios Omnisciente, esto quiere decir que Él lo sabe todo. Hermanos, si tú teme a Jehová, confía en Él y lo obedece haciendo lo que le agrada, tú no tienes por qué temer. Hay una protección sobre los hijos de Dios que el enemigo no puede tocar. Josafat confió en Dios en los momentos difíciles y Dios no lo desamparó. El enemigo le gusta hacer las cosas a escondida, nunca da la cara porque es un cobarde.

Los enemigos de Josafat tenían un plan para derribarlo, pero ellos no sabían del poder de omnisciencia de Dios. Dios usó al profeta Jahaziel revelándole los puntos estratégicos por dónde se había de levantar el enemigo. Y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.

No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros. Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y

habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque Su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros. Dios habita en medio de las alabanzas de Su pueblo, las alabanzas de todo corazón conmueve a Dios, éstas llegan como olor fragante ante Su Trono. Las alabanzas a Dios les tapan la boca a nuestros enemigos. Las alabanzas en ayuno y oración las elevamos hacia el cielo y Dios nos las devuelve a la tierra con riquezas y bendiciones.

Padre Celestial recibe la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Señor tu misericordia es para siempre. Enséñame a vivir confiada en ti, y depender plenamente en ti oh Dios Creador del cielo y de la tierra, no hay nada difícil para Ti. Señor hoy caminaré con tus fuerzas, no con la mía, hoy estaré quieta. Me levantaré en ayuno y oración para entonar alabanzas a tu Nombre. Señor gracias por confundir los planes de mis enemigos, júzgalo Tú. Yo los perdono. Gracias por tu amor y por tu cobertura. Amén.

Bendiciones

Escrito el 28 de Marzo de 2012

Escrito para www.ministeriosdesanidad.org


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