Guarda tu corazón
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”
(Proverbios 4:23, RV60)
Esta cita bíblica nos enseña a cuidar y proteger nuestro corazón porque de él mana la vida. El versículo concluye recordándonos que de nuestro corazón provienen las fuentes de la vida. Esto significa que nuestras palabras, acciones y actitudes son reflejo directo de lo que hay en nuestro interior. Cuando nuestro corazón está lleno del amor y la verdad de Dios, nuestras vidas se convierten en un canal de bendición para otros.
El corazón representa el centro de nuestras emociones, pensamientos, deseos y voluntad, siendo el motor que impulsa nuestras decisiones y acciones.
¿Como puedo cuidar y proteger mi corazón?
Todo lo que alimentamos en nuestra mente tiene el potencial de influir en nuestro corazón. Por eso, es esencial meditar en la Palabra de Dios, que purifica y alinea nuestros pensamientos con Su voluntad. De modo que debemos cuidar y velar los pensamientos y que estos sean agradables a Dios. A través de lo que vemos, escuchamos y experimentamos, nuestro corazón puede llenarse de vida o de contaminación. Es nuestra responsabilidad ser sabios en lo que permitimos que nos influya.
Nuestras intenciones deben estar arraigadas en el amor y la verdad, para que todo lo que hagamos glorifique a Dios.
Guardemos nuestro corazón con diligencia, orando continuamente para que Dios lo renueve y lo mantenga puro, recordando las palabras del salmista:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”
(Salmo 51:10)
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