la gloria de dios          He aquí que Yo Soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea imposible para Mí? (Jeremías 32:27). (Reina-Valera 1960)
Para el hombre las cosas resultan difíciles, pero para Dios no existe nada imposible. Cuando Dios creo al hombre lo creo con Propósitos Eternos, pero el hombre se reveló contra Dios. A consecuencia del pecado vinieron las enfermedades y los problemas. Satanás es el padre de las mentiras y su madre es la desobediencia, de modo que por la desobediencia llegó el pecado y la muerte. Muchas veces nosotros por la desobediencia nos creamos muchos problemas. Dios le dijo a Jonás: “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de Mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová” (Jonás 1:2-3). Cuando desobedecemos a Dios nos creamos problemas y pagamos nuestro propio pasaje de dolor. “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas” (Proverbios 3:5-10). De modo que si confiamos y caminamos en Dios, nuestras sendas serán derechas. Todos tenemos problemas uno más que otro, pero si le entregamos nuestros problemas a Dios, Él por Su misericordia lo resolverá.

         Dios nunca dijo que no habrán problemas, Él nos dice: “Estas cosas os He hablado, para que en Mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, Yo He vencido al mundo” (Juan 16:33). Muchas veces creemos que nuestros problemas son grandes y llegamos a pensar que nos vamos a derrumbar. Pensamos que el problema es del tamaño de un elefante cuando en realidad es nada en la mano de Dios. Cuando subimos a un ascensor o elevador, podemos notar que hay un nivel de capacidad de personas y capacidad de peso que el elevador puede cargar o resistir. Los elevadores están construidos para resistir ciertas cargas, de lo contrario, todos sabemos las consecuencias que resultarían si se le añade más cargas. De igual manera sucede con nosotros, Dios es nuestro Creador, Él nos creó con Propósitos Eternos. Dentro de Sus Propósitos, Él sabe las cargas que cada uno de nosotros podemos resistir. Dios conoce el peso de tus problemas. Él más que nadie conoce cuándo y cómo se originó tu problema como también sabe cuándo resolverlo. Él nunca te va a poner cargas que tú no puedas cargar, Dios conoce la hechura tuya, Él sabe cuánto peso tú puedes cargar. Él no te añadirá más penas y sufrimientos que tú no puedas resistir. Si tú amas y confía en Dios, te ira bien especialmente en las tribulaciones y problemas de la vida, porque “sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su Propósito” (Romanos 8:28).

         Quizás los problemas te ahogan y es la hora que no le ve la solución para resolverlo. Te acuesta con el problema y te levanta con el problema y no sabe qué hacer. Primeramente te invito a empaparte con la paz de Dios. La paz de Dios no es la paz del mundo. La paz de Dios es la que te reboza de tranquilidad aun en medio de la persecución. La paz de Dios es la que te satura por completo todo tu ser, espíritu y cuerpo de modo que te hace dormir tranquilo. La paz de Dios te guarda y te preserva del mal. No te preocupes, depositas tus cargas al Señor nuestro Dios, Él es el Único que puede resolver todos tus problemas. Descansa en la paz del Señor, Su paz te brindará la convicción que todo obrará a tu favor. No temas, deja que el Señor nuestro Dios tome control de tus problemas, Él es el Dios que Todo lo puede. Para Dios no existe la derrota, por tanto, tú no está derrotado. Levántate, no te detengas, confía plenamente en el Dios de lo imposible.

       Quizás ha llegado a pensar que Dios se ha olvidado o se ha desatendido de ti. Dios conoce todo acerca de ti y se apresura para ayudarte, Él siempre llega a Su Tiempo Perfecto. Quizás me dirás: “Ay hermana, mi carga es grande” pero Dios te dice: “Yo Soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob” —Ciertamente he visto la opresión que sufre y la He escuchado, aunque tu carga sea grande no te añadiré más cargas que tú no puedas cargar” “Yo te daré la salida a todos tus problemas”. Confía en Mí, no temas ¿Habrá algo que sea imposible para Mí? Para Dios no hay nada imposible que Él no pueda resolver, Dios no conoce la palabra imposible, nosotros sí. Hay que vivir por fe y no por vista. Una simple intervención del Señor en lo natural hace lo imposible posible.

        Una simple visita de Jesús en tu corazón puede cambiar tu vida. Jesús nunca dijo: “Para el que cree todo es fácil” Él dijo: “Para el que Cree Todo es Posible” en otras palabras, un hijo de Dios con poder tiene que caminar por fe aunque su fe sea débil. La aptitud de cada uno de nosotros es pedirle a Dios que nos aumente la fe como los discípulos hicieron. Quizás me dirás:  “Pero es que no tengo fe” “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Así como el Señor te escucha, es necesario que tú lo escuche para que tu fe sea aumentada cada día.

      ¿Cómo puedo obtener la fe?

      Primeramente debes aceptar al Señor de todo corazón. Creer en Su Palabra, mientras más estudiamos la Palabra de Dios y la escuchamos creamos una confianza en Dios y Él por medio de Su Santo Espíritu empieza a revelarnos Su Palabra. Estudiar la Palabra de Dios diariamente nos ayuda a conocer y tener una relación íntima con nuestro Padre Celestial. Escuchar música cristiana y videos cristianos y congragarnos, ayuda a que nuestra fe se aumente. Un corazón sediento y dispuesto en los Negocios del Señor, es un corazón que busca la fe de Dios. Tú no tienes porque no pides. A Dios le agrada que Sus hijos le pidan, es ahí donde Él muestra Su gloria y Su poder. Es cuestión de creerle a Dios. Con esa aptitud, podemos pedir todo lo que queremos a Su tiempo. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:5-8).

      El Señor nos dice: “Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7). “Y todo lo que pidáis en Mi Nombre, lo Haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13). “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).

Gracias Señor por este mensaje, permite que todo aquel que lo lea le sirva de gran bendición. Gracias Señor por estar al control de mis circunstancias. Gracias por levantarme. Gracias por tu paz. Gracias por ser mi Dios y mi Señor. Gracias por defenderme y pelear mis batallas. Gracias por alivianar mis cargas. Gracias por resolver todos mis problemas. Gracias Padre Celestial por no dejar que yo caiga en vergüenza. Gracias por sanarme, liberarme y restaurarme. Señor, gracias por aumentarme la fe. Gracias Padre por tus provisiones y bendiciones que son nuevas cada mañana. Gracias Señor Jesús por mi Salvación. Señor te doy la gloria y la honra y que Tu Nombre sea exaltado por los siglos de los siglos, Amén.

Escrito el 24 de agosto del año 2014

Por B. Flores

www.ministeriosdesanidad.org

 

 

 


Autora del libro “Venciendo los Miedos por fe: Corre para ganar”, está disponible en Amazon Kindle Edition | https://amzn.to/3Mz5Ztw

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