El novio se encontraba feliz y muy nervioso esperando la entrada de su novia en el altar. De pronto sonó la música nupcial anunciando la entrada de la novia. Ella caminaba emocionada el pasillo y acompañada del brazo de su padre, mientras todos los convidados miraban felices su entrada triunfal. ¡Qué momento tan importante para toda mujer! ¡Qué momento tan hermoso para una mujer empezar a planificar su boda con el hombre que ama!
Conozco a una gran mujer que estaba planificando su boda pero algo ocurrió en su vida, ella tuvo que postergar su boda por obediencia a Dios. Les estoy hablando de María, la Madre de Nuestro Señor Jesucristo.
Cuando el ángel del Señor le llevó la noticia y le anunció acerca del Plan que Dios tenía para ella, María no reusó al llamado de Dios, ni tampoco le reclamó a Dios los planes de casarse y las demás cosas que ella tenía en su agenda, solo le dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a Tu Palabra”. El evangelio de Lucas nos narra con detalles ese Gran Acontecimiento Celestial:
“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: !!Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un Hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el Trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su Reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia” (Lucas 1:26-38 (RVR1960).
Debemos de pensar en el lugar y las consecuencias que esta decisión le podía causar, María arriesgó su vida con tal de obedecerle a Dios, ella aceptó cargar en su vientre al Hijo de Dios. Sin embargo, ella decidió obedecer y servirle a Dios sin importar lo que pudieran decir los demás. Durante este Gran Acontecimiento, Dios nunca dejó a María desamparada, Él buscó salida donde no había salida. Dios utilizó Su Plan Perfecto para que no existiera ninguna duda con José. Aun en sueños, Dios le hablaba a José para que apoyara a María acerca de Su Plan. El Señor nuestro Dios planificó el Nacimiento de Su Hijo Jesús en la tierra.
“El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Su Madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto. Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»). Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa” (Mateo 1:18-24 (RVR1960).
María y José fueron sumisos y obedientes, ellos renunciaron a sus agendas y la pospusieron para otra ocasión. Ellos decidieron someterse y aceptar El Divino Plan de Dios. Ellos se sometieron a la Encomienda Celestial y decidieron elegir el Regalo Más Grande del universo: Ser Padres del Niño Jesús en la tierra. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios en las altura!
Dios es un Dios de orden cuando Él da la Palabra Él la ejecuta. Dios llama a personas ordinarias como tú y como yo para ejecutar el Plan que Él tiene preparado para cada uno de nosotros. José y María, fueron dos personas ordinarias que vivían en un lugar ordinario, y tenían vidas ordinarias. Cuando Dios llama a personas ordinarias, para ejecutar Su Plan Divino, Él por Su misericordia los coloca en posiciones extraordinarias.
¿Estás dispuesto a obedecer al llamado de Dios?
Dios continúe bendiciendote y llenándote de Su ricas bendiciones.
Escrito Por B. Flores
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