Nadie se escapa en pasar por situaciones difíciles en la vida, Mi pregunta sería la siguiente: ¿A quién vas a buscar en esos momentos de necesidad? ¿Te apoyarás en tus fuerzas o buscarás la ayuda de Dios?
El rey David tuvo muchos enemigos y cada vez que sentía el ataque y la persecución de ellos, buscaba la ayuda de Dios. Cuando leemos el libro de los Salmos podemos darnos cuenta de cómo se sentía David ante sus enemigos y qué hacia él para vencerlos. Salmos 70 es una oración de emergencia, estar en una emergencia significa que hay que moverse rápido para salvar a la persona. En su emergencia, David no llamó la ambulancia, ni muchos menos los paramédicos para su necesidad, él llamó a Dios diciendo: “Oh Dios, acude a librarme; apresúrate, oh Dios, a socorrerme. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal desean. Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, los que dicen: !!Ah! !!Ah! Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios. Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres Tú; Oh Jehová, no te detengas” (Salmos 70: 1-5 (RVR1960).
Yo no sé cuál es tu emergencia, pero Dios sí conoce lo que estás pasando. Deposita todas tus cargas a Él, Dios nunca te pondrá cargas que tú no puedas cargar. No temas y aliéntese tu corazón, confía en Dios, Él nunca dejará que pase vergüenza. Dios se hará cargo de los que contienden contigo. Descansa y anímese tu corazón.
Oremos:
Amantísimo Padre Celestial, Dios fuerte, llenos están los cielos y la tierra de Tu gloria. Tuyo es el poder, tuya es la gloria por los siglos de los siglos. Señor, te doy gracias porque no estoy solo (a) ante los ataques de mis enemigos. Jehová de los Ejércitos, gracias porque Tú pelea mis batallas y siempre llega a tiempo. Ayúdame, guárdame y líbrame de las asechanzas de mis enemigos. En el nombre de tu Hijo amado Jesús, te lo pido. Amén.
Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Mateo 5:44 (RVR1960).
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