Las palabras que salen de la boca tienen poder cuando las profesamos con fe. Tenemos que mirar las cosas que no se ven como si fuesen y clamarlas para que se hagan realidad, porque es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. La fe en Dios es lo que te va a llevar a donde quieres ir. Cuando oramos con fe y por un milagro, Dios nos escucha. Dios no solo escuchará nuestras oraciones, sino que también desea contestar nuestras oraciones de acuerdo con el Propósito que Él por Su misericordia tiene preparado para cada uno de nosotros. En la vida nos vamos a encontrar con montañas muy altas y difícil de remover, pero si dejamos que Dios tome control de la situación Él la removerá.
¿Qué son los montes?
Los montes son los problemas, los obstáculos que se cruzan en la vida. Estos montes pueden disfrazarse de forma de dificultad, de tristeza, enfermedad, problemas financieros, persecución, problemas matrimoniales, hijos rebeldes y todo obstáculo que se interponga en el camino y no te deja crecer. ¿Habrá en tu vida algún monte que impida caminar hacia adelante? Hoy el Señor nuestro Dios te trae buenas noticias y nos dice a todos:
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Ora con fe y recibirá tu milagro. Con mis ojos de fe, voy a ver mi milagro en el nombre de Jesús.
Lecturas Bíblicas: Hebreos 11:1 /Marcos 11:23-24 (RVR1960)
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