La palabra Navidad significa Nacer de Nuevo. La Navidad es Jesús. Un día Él entró en nuestros corazones para limpiarnos y darle vida a nuestras almas. Es decir, en el momento en que Cristo llega a habitar en nuestros corazones se produce un nuevo nacimiento.
Jesús te trae una buena noticia hoy: el mensaje de salvación. “Pero el ángel les dijo: No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.» Lucas 2:10-14
Jesús es el Salvador del Mundo, el Hijo de Dios, el Emmanuel prometido, Él está en tu corazón para proclamarlo en la Iglesia, en tu comunidad, en las calles, en tu casa, en el hospital, en el asilo de anciano, en el trabajo y en todos los lugares.
No tienes que esperar Navidad para proclamar su nombre. Si tú has nacido de nuevo o sea has tenido una experiencia con el Señor, cada día es Navidad para ti. Jesús quiere mostrarte hoy algo más profundo de lo que es Navidad. Él quiere verte nacer hoy en Él. Su objetivo es que al finalizar el año, tú dejes lo que impide correr la carrera espiritual.
Él quiere restaurarte de manera que al entrar el Nuevo Año, tu nuevo nacimiento sea genuino, libre de ataduras del año viejo y del pasado. En pocas palabras, Dios quiere que sus hijos sean renovados cada día para poder alcanzar las promesas del Señor. No podemos empezar el nuevo año cargando con las basuras y problemas del viejo año, despojémonos, de la vieja ropa y revistámonos con el Manto del Señor. Jesús nos tiene un nuevo vestido para cuando decidamos aceptarlo a Él.
Recuerdo cuando era una niña en la espera de Navidad, mi madre nos acostumbraba cada año a estrenar dos vestidos nuevos, uno para Navidad y el otro para el Año Nuevo. La motivación para que llegara el día de Navidad y Año Nuevo no era de esperar. La alegría en nuestras caras era tan grande que contábamos los días, más estos eran largos.
Cuando al fin llegaba el día de Navidad, la familia se reunía para celebrar la Noche Buena. Había mucha comida, vestidos nuevos, las gentes eran alegres, ellos tocaban las puertas de madrugadas para llevarte canciones navideñas, era hermoso. En la despedida del año viejo, al sonar de las campanas las gentes salían de sus casas llenos de alegría para desearles a sus vecinos y hasta las gentes que nunca vieron en sus vidas, un Nuevo Año lleno de paz, amor y prosperidad.
Cristo vino para darnos la oportunidad de nacer y revestirnos de nuevo. Su amor es tan grande que murió para despojarnos de nuestros pecados. No tengas miedo para empezar el Nuevo Año, Cristo te dará las direcciones para tomar decisiones nuevas, Él te llenará de Su paz. En lo espiritual, no podemos cargar con los problemas del pasado y las cargas que nos roban el gozo, Dios quiere que nos despojemos de la vieja ropa, para correr la carrera limpiamente en Él.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. Hebreos 12:1-3