por Enrique Monterroza

La sonrisa se borró de tu rostro, desde hace muchos días algo cambió, no sonríes más, todo parece vacío, caminas como que no estuvieras despierto, haces tus cosas durante el día y pareciera que no hay más vida en ti.

Sé que lo que te pasó fue muy duro, no lo esperabas, es más no te imaginaste que las cosas cambiarían de esta forma, sé que tenías muchos planes a futuro y que todo esto vino a cambiar drásticamente tu visión de vida.

Hace un tiempo te veías feliz, sonreías, estabas seguro de todo, estabas agradecido de la vida y de las bendiciones que experimentabas, pero de pronto todo cambió, sin una explicación clara, las cosas ya no son como eran.

Una tristeza enorme ha inundado tu ser, tratas de salir de ella pero no puedes, quisieras sonreír, pero no hay razón para hacerlo, hay algunos sentimientos inexplicables dentro de ti, de esos que solo aparecen cuando en realidad no sabemos qué será de nuestra vida.

A veces piensas que todo esto es un sueño, que estas soñando, que no es la realidad, que es una pesadilla de la que pronto despertarás, pero al darte cuenta que no lo es, y que todo es la realidad esa tristeza aumenta en tu vida, de tal forma que no sientes ganas de nada y una profunda depresión esta asomándose con mucha fuerza.

Y es que a veces no hay palabras que puedan reanimarte, a veces no hay explicaciones lógicas a lo que experimentas, quisiéramos saber el porqué y el para qué de eso, pero por alguna extraña razón en esos momentos pareciera que Dios enmudece y no hay una respuesta a todo.

Pueda que tú estés pasando un momento como esos, en donde la tristeza se ha apoderado de tu vida, por alguna situación imprevista, algo que cambió el rumbo de tus planes y ahora no encuentras una explicación a lo que pasó, y aunque la buscas en este momento no la encuentras.

Y es que no es que no haya una explicación, sino más bien, no es el momento de entenderlo, hay cosas que pasan en la vida y que son inexplicables para esos momentos en los que lo estamos experimentando, pero que con el tiempo todo estará claro y veremos que las cosas tenían que ser de esa manera.

Amado o Amada, no estés triste, sé que duele, yo mismo he experimentado esos cambios bruscos de planes, sé que es tener “planeada” toda la vida y de pronto que todos los planes se vengan abajo, sé que es buscar una explicación a lo que está pasando y no encontrarla, pero también sé que Dios jamás se equivoca y la experiencia me dicta que al final era lo que tenía que pasar, porque Dios tenía mejores planes que los míos.

Ya no llores más, tu mundo no se ha acabado, apenas está por comenzar, tu historia no ha finalizado, apenas comienza a tener sentido y aunque en este momento mis palabras no te den lo que necesitabas escuchar, tienes que estar seguro que Dios jamás pierde el control de tu vida y que Él hará algo maravilloso para que al final tengas lo que Él consideraba que merecías; y estoy seguro que será lo mejor, porque Dios siempre tiene lo mejor para nosotros.

Aparentemente tu vida se puede encontrar sin un sentido, pero jamás debes de dudar que Dios es quien le da sentido a tu vida y que Él lo tiene todo controlado.

Pueda que estés llorando y si gustas llora, disfruta de este momento de desierto o de silencio de Dios, porque después de esos momentos siempre aparece la respuesta perfecta, esa que no esperábamos pero es la que Dios siempre tuvo para ti.

Quizá lo veas todo nublado en este momento, quizá te sigas sintiendo triste, pero debes de saber que esa tristeza será momentánea, no durará toda la vida, que te hemos de ver sonriendo porque fuiste llamado para gozarte y ser feliz en el Señor y al final eso se cumplirá.

No este triste, regálale una sonrisa al Señor, limpia tu carita y eleva tu mirada al cielo y dile al Señor: “Yo sé que tú tienes el control de mi vida”.

A Dios nada se le escapa, Dios jamás se olvida de ti, Él siempre está pendiente de tus necesidades, sabe cuál es tu capacidad de resistencia y por lo tanto esto que estas pasando, es algo que con su ayuda puedes superar.

“¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”
Salmos 42:11 (Nueva Traducción Viviente)

¡No este triste! ¡Dios te hará sonreír muy pronto!

Escrito el 1 de Junio de 2011

Tomado de: www.enriquemonterroza.com


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