La oración es la que define nuestro caminar con el Señor. La oración no es una repetición, es una intimidad sincera con Dios. La oración es la que nos hace pararnos firmes y hablar con autoridad en el nombre de Jesús. La oración rompe cadenas y nos da la victoria. Mi pregunta es:
¿Cuán necesaria es la oración para el creyente?
Es altamente necesaria porque los hijos de Dios están hecho para adorar al Señor. Aun los arboles adoran al Señor cuánto más nosotros. La oración es el Pan espiritual de cada cristiano, si no nos alimentamos de la Palabra de Dios cada día, espiritualmente estaríamos hambrientos y desnutridos.
Estamos viviendo en tiempos definitivos como nunca antes y Dios probará el corazón, Él sabe quiénes les adoran en espíritu y en verdad.
La atmosfera en que vivimos es una atmosfera de entretenimiento donde lo catalogo de forma “robótica”, no me critiquen por favor pero eso es lo que siente mi espíritu. Hermanos es una realidad, haga una prueba y mire a su alrededor y observe cómo anda el ser humano. Parecen que las mayorías de los seres humanos tienen su mirada fija en su celular y eso me hace pensar que muchos caminan de forma “robótica y fria.
La situación es tan grave que hasta algunos creyentes también sacan más tiempo a las redes sociales que a la oración. Esto es un grave problema puesto que a consecuencia de esto surge un enfriamiento espiritual. El tiempo en las distracciones y en el entretenimiento saca de lugar los momentos de la oración. Las profecías se están cumpliendo y Dios anda buscando un pueblo adorador. Debemos poner nuestras miradas en Cristo a tiempo y fuera de tiempo en espíritu y en verdad.
“Mas la hora viene, y ahora es cuando los verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (JUAN 4: 23-24).
Cuando oramos nos acercamos más a Dios. En ese acercamiento se produce una relación íntima de rendimiento a Dios. Los discípulos caminaron con Jesús, ellos pusieron en acción su fe y vieron poderosos resultados todas sus vidas por medio de la oración.
Quizás me dirás: ¿Cómo puedo orar?”
Esas y otras preguntas son las que nos llegan a la mente al momento de orar. Te diré que esa pregunta también la hicieron los discípulos al Maestro Jesucristo.
Cómo Orar?
Llegó un momento en que los discípulos sintieron una necesidad de orar como lo hacía Jesús. Ellos sabían que es a través de la oración donde las cadenas se rompen.
Los discípulos también deseaban tener el poder de la oración en sus corazones y por esa razón les preguntaron al Señor que les enseñara a cómo orar. Después que Jesús llamó a sus discípulos, les dio su primera instrucción pública en el Sermón del Monte. Allí les mostró el Reino de Dios y la importancia de la oración diciéndoles:
Cuando oren, oren así:
Padre nuestro que estás en los cielo, Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros Perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, Mas líbranos del mal; Porque tuyo es el reino, y el poder, Y la gloria, por todos los siglos. Amén (Mateo 6:9-13).
Como creyentes, tenemos la poderosa arma espiritual en la oración, pero muchos no la usan. Ellos no piden, y por causa de esto no reciben. “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Mateo 7:7-8).
Este concepto solamente se obtiene por medio de la oración de fe, especialmente cuando enfrentemos desafíos demasiado grandes para nosotros. Es necesario permanecer en la oración.
“Si permaneciereis en mí y mis palabras permanecieren en vosotros, pediréis todo lo que quisiereis, y os será hecho.”Juan 15:7)
Los discípulos se esforzaron para orar pero ellos tuvieron hambre y sed del poder de la oración para que se haga efectiva en sus vidas. Nosotros debemos de permanecer en el Señor y acercarnos a Jesús en oración. La oración sincera es la vitamina espiritual del alma que mantiene al cristiano saludable y en victoria. Aleluya!
Cuando oramos nos identificamos con Dios, porque pasamos tiempo con Él y mientras más lo conocemos, más aptos somos para confiar en Él. Entrégale tus problemas al Señor, habla con Él, a Dios le gusta hablar y pasar tiempo con nosotros.
Cristo ganó la batalla en un lugar de oración. Cuando doblamos rodillas ante Dios lo hacemos porque necesitamos que Dios quite nuestras cargas y una vez que le contamos nuestros problemas, suceden cosas maravillosas. La oración provoca que el enemigo se tenga que largar en el nombre de Jesús. Cada vez que busque al Señor por medio de la oración, empieza a exaltar Su Nombre, Alábalo aunque no tenga fuerzas, habla con Él. Alábalo aunque estés rebosado de problemas.
No empiece la oración con tus problemas, más bien exalta el Nombre del Señor Jesús. Dile que lo ama y todo lo que Él ha hecho por ti. Permite que Dios entre en tu corazón permanentemente y has Su voluntad. Pídele perdón por todos tus pecados, arrepiéntete de corazón y perdona a tus enemigos. Creyendo por fe por medio de la oración, te aseguro que cada día verás a Dios obrando en tu vida de manera poderosa.
Desconéctate del celular y de las redes sociales y saca tiempo para adorar al Señor.
‘Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” Santiago 5.16
Señor Jesús, mi anhelo es buscarte con sinceridad en oración cada mañana y llenarme de ti.
Escrito el 15 de Julio de 2014