Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en Su Gran amor. Salmo 33:18
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado Su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado (Romanos 5:5).
Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu Nombre. Salmo 86:11
¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es Su fidelidad; Sus misericordias son nuevas cada mañana. Lamentaciones 3:22-24