Al salir Él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de Él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? (Marcos 10:17) (RVR1960). Entonces Jesús respondió recordándole los siguientes mandamientos:
1. No mates.
2. No cometas adulterio.
3. No robes.
4. No levantarás falso testimonio.
5. No estafar.
6. Honra a tu padre y a tu madre.
Luego el hombre aseveró que había guardado todos estos mandamientos desde su juventud. Nótese que Jesús no mencionó todos los mandamientos, Él excluyó los cuatro primeros, que habla acerca del amor y la adoración a Dios, y el último, que prohíbe codiciar. Hay una instrucción profunda en esta enseñanza para todos nosotros, vemos que el joven guardó desde su juventud los mandamientos mencionados y establecidos por Dios. Podemos notar que este joven nunca robó en su juventud, nunca mató, no cometió adulterio, nunca levantó falsos testimonios, no estafó a nadie, y siempre honró a su padre y a su madre. Para su entender, esto lo convertía en una persona buena y que hacia buenas obras con los demás.
En este caminar de la vida, nos vamos a encontrar con personas así como este joven que describe la Biblia, ellos creen que si no roban, engañan, no matan, los convierten en buenas personas. Ellos piensan que sus obras le garantizará la vida eterna. No me malinterprete, a Dios le agradan las obras y las tiene todas en cuentas, como también, le agrada que hagamos lo recto. En esta enseñanza, había un área en la vida de aquel hombre que necesitaba aprender acerca de los mandamientos: “Amarás a Dios sobre todas las cosas, no tomarás el Nombre de Dios en vano, santificarás las fiestas, no codiciarás los bienes ajenos”. Estos mandamientos Jesús los omitió con un propósito para darle una enseñanza. Jesús conocía muy bien el corazón del joven, Él sabía que amaba el dinero, por tanto, le enseñó el resto de los mandamientos que él no practicaba. El anhelo de Dios es enseñarnos Su Palabra y seguir Sus Mandamientos completamente, no a la media. No somos salvos por buenas obras sino por gracia mediante la fe en Cristo Jesús, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9) (RVR1960).
El Señor es tan amoroso que aun cuando nos disciplina nos corrige y nos enseña con amor, está en nosotros si vamos a aceptar Su corrección. “Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Jesús sabía que el joven había guardado todos estos mandamientos desde su juventud, pero que amaba mucho el dinero.
Luego, el Joven afligido por esas palabras, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de Sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos ¡Cuán difícil les es entrar en el Reino de Dios, a los que confían en las riquezas! (Marcos 10:17-24) (RVR1960).
“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). (RVR1960)
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9) (RVR1960).
“Y les dijo: Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15).
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla y ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19-21).
En Su amor,
Pastora, Bv. Flores
Ministeriosdesanidad.org