Cuando Jesús murió y resucitó otra vez desmanteló el poder del enemigo Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” Colosenses 2: 15.
Luego “Jesús se acercó entonces a ellos (discípulos) y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20).
Dios nos manda con Su autoridad y no con miedo a evangelizar. Es tiempo de salir de la silla cómoda y llevar la Luz del Evangelio de Cristo a todos los rincones de la tierra.
Dios es el dueño de todo y es quien tiene toda la autoridad en la tierra, en el mar, en los cielos y te ha dado esa autoridad como regalo especial para que la use.
Dios te dio autoridad en el nombre de Jesucristo para saber cómo enfrentar las batallas de la vida y ganarla con Su Poder. De manera que “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu—dice el SEÑOR Todopoderoso—. Zacarías. 4:6
No hay porque temer pues en realidad no eres tú quien va a hablar, es el poder del Espíritu Santo obrando y dirigiéndote a la encomienda que tiene preparada para ti.
Quizás me dirás: “Hermana tengo en mi corazón hacer la voluntad del Señor y de predicar Su palabra a otras personas pero no sé qué decir” “No me atrevo, me da miedo y no sé cómo hablar en público” “Soy muy viejo (a) y no tengo fuerzas para moverme” “Soy muy joven y no sé hablar.”
Esas fueron las misma palabras que Jeremías le dijo a Dios cuando recibió el llamado del Señor y llevar Su palabra. Hermanos el Señor está llamando a Su pueblo para que nos paremos en la brecha a tiempo y fuera de tiempo.
Él está buscando oradores guerreras y guerreros dispuestos a llevar el Evangelio de la Fe en Espíritu y en verdad.
El Señor le dijo a Jeremías y nos lo dice a todos: “Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones.”
Yo contesté:” ¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!” Pero el Señor me dijo: “No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene.
No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra.”
Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los labios y me dijo: “Yo pongo mis palabras en tus labios.
Hoy te doy plena autoridad sobre reinos y naciones, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y también para construir y plantar” (Jeremías 1:4-10).
No tengas miedo de nadie, pues el Señor estará contigo para protegerte, Él da Su palabra como sello de Su promesas.
Sus Promesas siempre son verdaderas y nunca se retrasan, siempre llegan a tiempo.
No tenga miedo, ya el Señor venció al enemigo en la cruz del calvario, y selló con broche de oro cuando resucitó al tercer día por mi y por ti.
Es importante andar restaurados y renovados con la palabra de Dios en nuestra mente y nuestro corazón para dar buen testimonio. Y si tenemos algo con el hermano perdonarlo rápido para que el enemigo no tome ventaja.
Mirar con amor a quienes nos ultrajan y nos desprecian pues el amor cubre multitud de pecado (1 Pedro 4:8). Recuerda que el Señor ya te ha escogido, tú no eres extraño (a) para Él, eres parte de Su Plan.
Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular” (Efesios 2:19-20).
Somos Sus discípulos dispuestos a obedecer Su llamado. Somos ordenados a salir en busca de más discípulos en el Nombre de Jesús para Su gloria. Cobrad ánimo, Jesús nos ha prometido que irá con nosotros hasta el fin del mundo.
Si Dios está contigo ¿quién contra ti? Vamos usa Su autoridad, en el nombre de Jesús. Amén.
Te animo en el nombre de Jesús.
B. Flores