“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).

Dios tiene la habilidad de tornar lo malo para bien para todo aquel que decide buscarle en espíritu y en verdad.

Unos de los mayores ejemplos que Dios nos enseña es la historia de José. Él fue maltratado por sus hermanos y vendido a esclavitud por veinte monedas de plata.

Aunque la vida le mostraba calamidad, Dios le mostraba bienestar en medio de la tormenta. Aun en la esclavitud, José vivió con libertad en la cárcel.

Él vivió una vida más que un vencedor confiado en la palabra de Dios. Su afirmación y confianza la depositó en Romanos 8:28 donde nos dice que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

El llamado de José fue uno muy fuerte y era necesario que pasara por el fuego para luego ser pulido a una piedra muy valiosa. Dios le otorgó a José la fuerza para olvidar su horrendo pasado llenándolo de favor y gracia todos los días.

El favor de Dios siempre estuvo con José aun en medio del sufrimiento. José nunca culpo a Dios por su desgracia; más bien confió en Él con la esperanza que algún día su vida iba a cambiar para bien.

El enemigo trató por todo los medios desanimar a José, usando todas sus estrategias de destrucción; pero José se mantuvo firme en sus sueños y en las promesas que Dios tenía para él.

Mientras las intenciones del enemigo eran eliminar a José y bajarlo hasta nada; Dios elevó a José para ser el segundo hombre más poderoso de Egipto encargado del almacenamiento de los alimentos.

Fue ahí donde Dios se manifestó en lleno para demostrar el Plan que Él tenía para José y Su pueblo. Dios quería restaurar a su pueblo del hambre y del resentimiento porque Su propósito era unificar a Su pueblo por medio del perdón.

Los hermanos de José pensaban que nunca volverían a verlo de nuevo; mas cuando llegó la sequía, y los alimentos faltaron, todos tuvieron que viajar hacia Egipto para ver a José y comprarle trigo.

Cuando los hermanos de José lo vieron no lo reconocieron; de igual manera al Señor Jesús no lo reconocieron en Su pueblo.

El punto que quiero enfatizar, es que quizás los hermanos de José no lo reconocieron cuando lo vieron, pero José sí. Aun cuando no obedezcamos al Señor, Él sigue extendiéndonos Su mano, nos reconoce y se acuerda de nosotros.

Durante todo ese tiempo en Egipto, todavía había pena y nostalgia en José cuando vio a sus hermanos pero Dios estuvo preparando el corazón de José para ese encuentro con ellos. Fue en ese preciso momento donde Dios le mostró Su Plan Perfecto de perdonar.

Cuando se vieron cara a cara, José tuvo la oportunidad de pagarles a ellos lo mismo que hicieron con él pues José tenía el poder y la autoridad de llevarlos a la prisión y hacerlos esclavos para toda la vida; mas el corazón de José ya estaba transformado a uno de amor y les dijo: “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente” (Génesis 50:20).

Esta historia tiene muchos mensajes envueltos para reflexionar, pero me he enfatizado en el amor para perdonar. “Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados” (1 Pedro 4:8).

José tuvo razón para vivir una vida de resentimiento, de odio y de dolor por todas las cosas que sus hermanos le hicieron; pero él escogió perdonar. José decidió continuar su vida para bien echando a un lado su pasado.

Dios en su plan trajo alegría y favor a su corazón de tal forma que cuando él recordaba su pasado, no sentía dolor.

Cuando perdonamos, todo se olvida y la carga de resentimiento ya no la sentimos; es ahí donde Dios abre las puertas de bendiciones para Sus hijos.

Quizás tú ha vivido una vida completa de dolor y de resentimiento por algo que ya pasó por largos años y no te deja avanzar.

Hermanos el resentimiento, el odio, y el no perdonar; arruina al ser humano y arruina el plan de Dios para tu vida.

El odio, el rencor, y el resentimiento nunca te dejarán avanzar, porque esas son las estrategias de Satanás.

Hoy Dios te brinda un plan de bendiciones, Él desea que tú le conozcas personalmente y puedas alcanzar el propósito de tu vida por medio del perdón. José es un tipo de Cristo, él decidió perdonar a sus hermanos, y al instante Dios lo llenó de Su favor.

Cuando Jesús fue crucificado, Él tenía el poder y la autoridad para decirle a Su Padre: “Padre manda un rayo y mátalo a todos,” pero ese no era el Plan del Padre por amor a todos nosotros. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Ahí donde te encuentras déjame decirte que el odio el dolor, el resentimiento y toda raíz de amargura son las que detienen a un ser humano consumiéndolo en la pobreza física y espiritual, en cambio el perdón nos liberta rompiendo todas las cadenas de resentimientos.  

Enfócate en Jesús y decide a perdonar hoy; te aseguro que recibirá liberación y sanidad.

B. Flores,

Bendiciones


Autora del libro “Venciendo los Miedos por fe: Corre para ganar”, está disponible en Amazon Kindle Edition | https://amzn.to/3Mz5Ztw

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