“Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).
La profecía dada por el profeta Joel está todavía en tiempo futuro, o sea es para estos tiempos. Me llama la atención que el versículo empieza con estas palabras: “Y sucederá que después de esto”. Esto traza una relación entre las plagas de langostas y el juicio de Dios sobre los países o naciones y el final de los tiempos. Estamos viviendo en esos tiempos, tiempos de guerras y conflictos, tiempos de entretenimiento y desánimo espiritual, tiempos de plagas. Quiero ser más positiva pero no es un secreto lo que cada día vemos en las noticias acerca de las amenazas de guerras y surgimientos de plagas, como por ejemplo el virus de Chikungunya que esta azotando la República Dominicana, Puerto Rico y casi todo el Caribe y el virus del Ebola, que es la plaga más letal que tiene a muchos gobernantes muy preocupados, son señales de los últimos tiempos. Señor, sabemos que todo eso tiene que acontecer, pero ten misericordia de nosotros.
Aunque estemos viendo un mundo cambiante, un mundo donde las leyes han aprobado muchas cosas que jamás pensábamos que iban a ser aprobadas, aunque el hombre cambie, Dios jamás cambiará y Sus promesas nunca Él las cambiará. Lo cierto es que estamos viviendo en los últimos tiempos. Nada más mire a su alrededor y observe en el entretenimiento en que se encuentran las gentes, como por ejemplo, el otro día vi en las noticias a unos jóvenes haciendo filas por dos días en un establecimiento comercial para poder obtener el último teléfono que surgió. No estoy en contra de la tecnologías, pero en verdad, el enemigo ha utilizado la tecnología para entretener a muchos.
Satanás quiere distraer a las gentes y las gentes viven en ese mundo de distracción. Pongámonos a pensar, cuando salieron los primeros teléfonos, no había ninguna necesidad de cambiarlo al menos que éste se quebrara, eran útiles y las gentes vivían felices. Ahora un nuevo teléfono surge cada mes o cada medio año y las personas se dejan engatusar por las innovaciones a tal manera que van como cordero hacia el matadero. Las personas de hoy giran en torno en sí mismos, solo vaya a una oficina médica, una sala de espera, o cualquier lugar donde se encuentran las gentes, verá que todos giran en torno a ellos mismos. Todos tienen las miradas fijas a sus teléfonos. Lamentablemente, se está perdiendo la calidad de comunicación entre la humanidad, es como si fuera una epidemia donde todos están fijando la mirada en el teléfono y no en Dios. Lo cierto es que estamos en una humanidad entretenida como también es cierto que muchos se pierden o han abandonado a Dios debido al entretenimiento en las redes sociales.
A pesar de todo el cuadro que presenciamos, hay una gran promesa en la Escritura que Dios nos ha dado, no importa cuan entretenido el diablo quiera desconectar a la humanidad de Dios y de todo lo que tenga que ver con Dios, hay una promesa profética que nadie puede invalidarla y es las palabras dada por medio del profeta Joel que fue para el pueblo de Israel. La esperanza de esta promesa profética es que permanece en tiempo futuro para todos nosotros. Aunque camines en valles de sombra de muerte y piense que no hay esperanzas para los jóvenes, va a acontecer un avivamiento en la tierra como nunca antes visto, donde Dios derramará Su Santo Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones”. Dios va a desatar su Espíritu sobre toda carne y todo ojo lo verá.
Estamos viviendo en tiempos estratégicos donde es necesario permanecer firmes en la fe. Este es el tiempo de recogimiento espiritual con Dios, de pararnos firmes en la Roca que es Cristo. Muchos se han alejados de Dios y de Su palabra y han entrado en un enfriamiento espiritual debido al entretenimiento y como causa de esto se han quedado parado en la Carrera. Hoy el Señor te dice: Levántate no te distraigas más. Es tiempo de poner la mirada fija en Jesús y no al celular, desconéctate del teléfono y conéctate a Cristo, Él es el Único que te puede salvar y darte la paz que necesita. Saca tiempo para Él y Su palabra.
Hoy el Señor nos levanta para continuar con lo que Él nos ha encomendado. Olvida ese resentimiento, olvida ese dolor, ya el Señor lo borró. Él ya te ha perdonado, te rescató, pagó el Precio por ti para ser instrumento en Sus manos. La Venida del Señor se acerca, la Meta Final está a la vuelta, continúa corriendo, no te detengas.
Hay promesas proféticas de parte de Dios para tus hijos y tu casa. Vuelve a tu primer amor, que tu fe no se debilite, retiene lo que Dios te ha dado, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”. Ruego a Dios que te fortalezca y que te revista de nuevo con Sus Armaduras. ¡Levántate! No pares de buscar Su presencia, porque hay promesas para ti y tu casa, vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).
“Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”. “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la Meta, al Premio del Supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).
“Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la Fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la Cruz, menospreciando el oprobio, y Se Sentó a la Diestra del Trono de Dios” (Hebreos 12:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Escrito el 23 de Septiembre del año 2014
Por B. Flores
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