“Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo. Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte”. Éxodo 32:16-19 (RVR1960)
En este pasaje bíblico, hallamos diferentes escenarios en los cuales Dios escucha quejas de parte de los israelitas después del Gran Milagro sobrenatural que ellos vieron al cruzar el mar en seco. Los israelitas se quejaban por la falta de comodidad que tenían en el desierto, en la desesperación, llegaron a pensar volver a ser esclavos antes que seguir caminando en el desierto. Su conducta y su modo de pensar reflejó en ellos un mal agradecimiento hacia Dios como también, la falta de fe en las promesas de Dios. A pesar de sus conductas y su modo de pensar, Dios continuaba extendiendo Su misericordia hacia ellos. En medio de la situación, Moisés subió al monte y cuando descendió trajo consigo las dos Tablas del Testimonio y la escritura era escritura de Dios. Moisés se enojó al ver a los israelitas actuando incorrectamente y se apresuró arrojándoles las tablas que Dios les había mandado.
¿Qué podemos aprender de todo esto?
No pierdas la bendición de Dios por causa de otros. No dejes que te roben la bendición. Años vienen y años van y estás en la misma situación porque te enojaste. Hay momentos que estamos como los israelitas dando vueltas y vueltas, aprende a cruzar la montaña sin enojarte. En los momentos de frustración es ahí donde llega Dios y te dice: “Tú estás frustrado, pero Yo no, se lento para la ira y grande en misericordia.” “Yo Soy el que pelea por ti”. “Tú eres más que vencedor.” En los momentos de desesperación, cuando ya no puedas más, es ahí cuando Dios empieza a trabajar a tu lado.
El predicador evangélico y locutor de radio Woodrow Michael Kroll dijo: “El punto donde nosotros abandonamos todo, es el punto donde Dios comienza.” Aunque las circunstancias sean difíciles y te ocasiones ira o enojo, detente y respira profundo. Agárrate de Dios y espera en Él, Él trabaja mejor que tú. Dios trabaja en los momentos de derrotas, Él no se dilata ni se atrasa, Dios siempre llega a tiempo. “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.” (Deuteronomio 31:6 (RVR1960)
En este Nuevo Año “Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Salmos 37:8-9. No te apresure a actuar bajo la ira y no pierdas tu bendición por causa de los demás que solo quieren vivir en sus propios modos de vivir. Enfoquémonos en la esperanza que Dios tiene para cada uno de nosotros y esperemos con perseverancia y así llegar a la Meta que es Cristo. Que en este Nuevo Año, nos comprometamos a vivir fortalecidos y confiados en lo que Dios va a hacer en nuestras vidas y en nuestras familias. “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (Mateo 6:25)
Empecemos este Nuevo Año con la expectativa de que Dios derramará Su gracia y misericordia hacia nosotros en todo nuestro caminar. Que seamos lento para la ira y grande en misericordia. Enfoquémonos en agradarle a Dios y seguir Sus mandamientos. Que las acciones erróneas de los demás no permitan que nos roben el gozo ni la bendición de Dios. Seamos luz para aquellos que todavía no han podido alcanzar a Dios, somos luz en medio de la oscuridad. En este Año, pídele a Dios ser luz. “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” (Mateo 5:14) En este Nuevo Año, comprométete con Dios y Su Palabra y verás como Él te ayudará en todos tus caminos.
Se que te frustraste y tal vez te apresuraste, pero Dios estará contigo llenándote de favor, solo arrepiéntete y espera en Él. Comprométete con Dios y lo verás obrando en tu vida y tus familias. Esas puertas que estuvieron cerrada todo el año, en el Nuevo Año 2020, Dios las abrirás de acuerdo con el Plan perfecto que Él tiene para tu vida, Él te dará las llaves para que puedas abrir esos candados. Dios tiene cuidado de nosotros y Su anhelo es que vivamos una vida victoriosa en Él. Deposita todas tus preocupaciones en Cristo Jesús, Él es nuestro Juez, el que pelea por todos nosotros, Dios nunca ha perdido una pelea. Dios es nuestro pronto Refugio en las dificultades. Él es nuestro Proveedor, el que sacia todas nuestras necesidades de acuerdo con Sus riquezas en gloria. Dios es quien te dice no tema, Yo te ayudo.” Dios es nuestro Sanador, el que sana y venda nuestras heridas y nos rejuvenece como el águila y así brillar y volar bien alto en Su Nombre. Se agradecido y recuerda darle las gracias a Dios. Alabad al Dios de los cielos, porque para siempre es su misericordia. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, y la fidelidad de Jehová es para siempre. !Aleluya! Salmos 136:26/ 117:2
Amados, que Dios derrame abundante bendiciones en las vidas de cada uno de ustedes, su hogar, sus familias, sus matrimonios, sus hijos, sus nietos, sus negocios, trabajos, su congregación y su cuidad. ¡Que tengas un Bendecido Y Próspero Nuevo Año 2020!
Ps… La última pregunta que te voy a hacer para este Viejo Año 2019: ¿Quieres aceptar al Señor Jesucristo como tu Señor y Salvador espiritual de tu vida? Empieza el Nuevo Año 2020 en la Luz de Cristo y Sé Luz en las oscuridad.
Cuando tú acepta a Jesús como tu Señor y Salvador espiritual, y comienza a buscarlo en espíritu y en verdad con todo tu corazón diariamente; Él empezará a revelar Su Propósito para tu vida. Si te has decidido aceptar a Dios y a Su Palabra, repite esta oración conmigo, te aseguro que tu vida cambiará. Cuando repitas estas palabras, repítela hasta lo profundo del corazón.
Señor Jesucristo, vengo a Ti así como soy, un pecador (a) me arrepiento de todos mis pecados, límpiame de toda maldad, renuncio a Satanás, y a todas sus mentiras. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Señor yo me entrego a Ti por completo, entra a mi corazón. Te acepto como mi Señor y Salvador. Escribe mi nombre en el Libro de Vida y lléname con tu Espíritu Santo. Amén. Dios repara, transforma y cambia el corazón de nosotros y nos da la victoria. Comprométete con Dios y Sé Luz en las tinieblas.
Mensaje de Dios
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